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Los fondos de reptiles quieren echar a Ramos del Real Madrid y de la selección española

Los fondos de reptiles quieren echar a Ramos del Real Madrid y de la selección española
Soccer Football - The Best FIFA Football Awards - London Palladium, London, Britain - October 23, 2017 Paris Saint-Germain’s Neymar, Real Madrid’s Cristiano Ronaldo, Barcelona’s Lionel Messi, Barcelona’s Andres Iniesta, Real Madrid’s Luka Modric, Real Madrid’s Toni Kroos, Paris Saint-Germain’s Dani Alves, Real Madrid’s Sergio Ramos, AC Milan's Leonardo Bonucci, Real Madrid’s Marcelo and Juventus’ Gianluigi Buffon pose for a photograph after being selected in the FIFA FIFPro World 11 during the awards REUTERS/Eddie Keogh
Tomás González-Martín el

Dar la cara supone que te la partan. Muchos futbolistas, muchas personas en todos los ámbitos, se esconden en el liderazgo de otros para cobrar su dinero, para ganar muchos millones, mientras otros que luchan por todos y se enfrentan a los enemigos de todos cobran lo mismo y además se llevan los golpes, las críticas y los ataques con rencor eterno. Porque el problema es que por ser líder te las guardan para que cuando cometas fallos te caigan todos los golpes de golpe y con recuerdo del calendario de enfrentamientos vividos durante lustros. Sergio Ramos es una de esas personas que soporta los ataques rencorosos de quienes le envidian por su liderazgo, por su rendimiento como futbolista y por responder con mejor fútbol cuando más le golpean. El gol de Ramos a lo Panenka frente al Valladolid fue el último exponente. Y marcar un gol así azuzó todavía más el odio de quienes, mucho menos competentes que el sevillano, se enojan porque ellos nunca tendrían el valor, la capacidad y mucho menos la calidad de responder así en un campo de fútbol cuando los palos caen por triplicado.

A Ramos lo quieren echar del Real Madrid muchos que le odian por ser un goleador decisivo en las Champions ganadas al Atlético en Lisboa y en Milán, haciendo historia para el club blanco.

A Sergio lo quieren despedir del Real Madrid porque muchos  acomplejados se cansan de ver triunfar a alguien y desean acabar con esa victoria personal durante quince años.

A Ramos le quieren expulsar del Real Madrid quienes no soportan a un jugador que sabe transformarse con el paso del tiempo para ser líder en el campo y después también fuera del campo.

A Ramos le quieren echar del Real Madrid quienes no aguantan que sea un capitán que defiende a los futbolistas y habla claro ante los entrenadores y el club.

A Ramos le quieren echar del Real Madrid quienes le acusan de ser violento, cuando Ramos ha tenido el coraje de asumir históricamente, como último defensa, las faltas que le han costado expulsiones y amonestaciones que podría haber evitado quitándose de esa misión de jefe de la retaguardia. Pudo haberse escondido en otro jugador al que podría haber ordenado que fuera el último zaguero, para que cargara con las tarjetas rojas. Pero no, el sevillano de Camas no le hizo la cama a nadie, dio la cara, fue el hombre que mandaba en la retaguardia y pagó siempre ese precio. Históricamente hemos visto a otros centrales que se escondieron y nunca  sufrieron esas expulsiones porque prefirieron que el contrario marcar gol. Y hay nombres importantes.

A Ramos le quieren echar del Real Madrid porque se destaca un cúmulo de jugadas conflictivas en su contra por el hecho de llevar quince años la máximo nivel del fútbol mundial. La campaña generada desde Inglaterra ha sido la madre de la internacionalización del ataque. Cuando un jugador inglés hizo una cosa muy sucia contra Ramos en el último partido de selecciones nadie lo destacó. Al revés no se juzga igual. Se ha puesto el foco en Sergio y hay que explotar mediáticamente esa veta.

Y el remate de toda esta campaña, y también el principio, es que a Ramos lo quieren echar de la selección española. Los enemigos del capitán, que también son enemigos acérrimos del Real Madrid, le culpan de ser quien gestó el salto de Lopetegui desde el equipo nacional al Real Madrid. Le culpan de aquella crisis. Le culpan del fallo de España en el Mundial de Rusia. Centran su enfado de un equipo que no funcionó, que físicamente estaba mal, que jugó caminando y que no marcaba goles, en la actuación de Ramos. En la caza de brujas se busca a alguien del Real Madrid y el capitán tiene muchos frentes abiertos durante quince años para abrir de nuevo las heridas y señalarle como el gran culpable.

A Ramos le quieren echar de la selección de España y para eso se incita a Rubiales a tomar decisiones y abordar presiones que acaben con Ramos como líder del equipo nacional. Se forman debates y un frente de presión para que Luis Enrique acabe con Ramos con la justificación de una renovación del equipo.

Ya se han ido Piqué y David Silva y esas dimisiones son el enganche de quienes no soportan a Ramos para germinar un ambiente en contra del hispalense en el equipo español. Tiene un problema. Ramos nunca dejará la selección por decisión propia. Se siente más español que nadie. Entonces, sus enemigos piensan que hay que crear un ambiente para que no sea convocado. Ya lo hacen. Las luces se ven claras desde el mes de julio. Tienen un hueso duro de roer. Ramos no se rinde. Sabe que tienes muchos enemigos. Todos se resumen en uno: envidia. Es una enfermedad nacional que también es importante en otro países. Pero aquí, en nuestro país, es crónica. Incurable.

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