La trayectoria futbolística de Luka Jovic es increíble, extraña. El delantero centro que presenta el Real Madrid dentro de unas horas no era un “nueve” hace pocos años. La calidad del serbio para marcar goles con la derecha y con la izquierda, a diestro y siniestro, gracias a su clase con ambas piernas, es consecuencia de un nivel técnico adquirido como centrocampista. Porque hay que decirlo: Jovic no nació como un rematador.
Luka era un excelente creador de juego. Se movía como constructor de fútbol y como media punta. Era un excelente pasador para el delantero centro. Fue la necesidad la que le hizo adelantar su posición. Las lesiones dejaron un hueco en el ataque y Jovic, que era un segundo punta, fue colocado arriba, de urgencia. Y la urgencia se convirtió en virtud.
En punta demostró que su clase con la derecha y con la izquierda le permitía disparar con precisión. Pero a esa calidad unió su inteligencia para no ejercer de centrocampista en el área. Se transformó en un rematador instantáneo. Le pegaba a la pelota a la primera. Y a la primera comenzó a marcar goles como soles.
Jovic demostró que podía ser un gran ariete. Le gustaba ser el nueve. Se puso en modo “killer” y triunfó. Y su preparación física, portentosa, supuso que ese pescuezo que parece un tronco le permite cabecear con una potencia inusitada. Su testarazo es majestuoso. Es tal su fuerza en el área que recibe muchísimos golpes en ese cuello y en la cabeza de los defensas que no pueden con él. El Benfica fue su aperitivo internacional para prepararse al más alto nivel. Y el Eintracht Francort significo su confirmación como un goleador nada nato, sino forjado por su calidad. El Real Madrid ha conseguido a un ariete de futuro. Un delantero con energía para inyectar savia nueva en un equipo necesitado de ella. Un joven que no frena las opciones de Benzema y que puede ser compatible con el francés en un sistema 4-4-2 ofensivo. Un «nueve» clásico que solo piensa en el remate para encontrar de nuevo el gol que hoy le falta al Real Madrid. Ese es el objetivo que ha fichado el Real Madrid.
El club español ha abonado 60 millones al Eintracht Francfort por el traspaso, de los que 12 son para el Benfica.
El futbolista rubrica su contrato con el «Real» por seis temporadas. El serbio de 21 años cumple los requisitos de la filosofía del club de contratar futbolistas jóvenes para convertirlos en estandartes de la casa sin tirar los cientos de millones de la Premier. En pleno crecimiento ha marcado 27 goles y ha dado once asistencias en 45 partidos. Tiene madera de ser un goleador importante.
El «nueve» del Eintracht Francfort descartó la opción del Barcelona y prefirió el conjunto blanco tras la cumbre que su agente, Fali Ramadani, mantuvo con José Ángel Sánchez en la capital de España. El representante eligió el Real Madrid. Antes había desechado al PSG.
Ya están fichados para la próxima campaña Jovic, Hazard, Mendy, Militao y Rodrygo. Militao costó 50 millones y Zidane le cataloga especialmente como un gran central, pero también es lateral derecho. Rodrygo, 18 años, es un delantero que tiene regate y remate, válido para ocupar todas las posiciones de ataque. Jovic es el rematador que necesita el equipo blanco.
Jovic se suma a Vinicius, Rodrygo, Militao, Asensio e Isco en la política de adquirir talentos imberbes para que se curtan pronto bajo la presión que emana del Real Madrid y se transformen en jugadores importantes con el paso de un año de adaptación. «Los jóvenes poseen más ansia de títulos», reflexiona la cúpula de la empresa con el poso de la experiencia adquirida en su idea de futuro. Es un dato fundamental en esta planificación de formación de la plantilla.
Jovic cumple el propósito de Zidane de contar con un ariete sin cerrar la puerta a Benzema, quien ha marcado 30 goles en su mejor campaña con el Real Madrid al cabo de diez años de trayectoria. Puede rotar a los dos delanteros en su nuevo proyecto de futuro del 1-4-2-3-1. Puede también alinearles juntos en un 4-4-2 y un 4-3-3 netamente atacantes cuando la situación lo requiera. En todo caso, el serbio será siempre una inyección para reaccionar cuando comience los partidos como suplente. Si el Real Madrid lo ficha, Jovic jugará mucho, porque el equipo necesita un matador. Actualmente no lo tiene.
Fali Ramadani y el jugador han valorado esa realidad en un equipo tan complicado como el blanco, habitualmente repleto de figuras, que espera sumar a la lista de la compra a Hazard. El «nueve» eslavo tiene sitio en ese engranaje de estrellas.
La suya ha sido una vida muy dura hasta llegar a disfrutar de un éxito que se gana en cada partido. Su padre, Milan, se empeñó en hacerle futbolista por encima de las precariedades económicas familiares. Lo pasaron mal hasta que el chaval llegó a un club con posibilidades. Debutó con el Estrella Roja a los 16 años y marcó un gol a los tres minutos, en un empate que le dio la liga serbia a su equipo. Contratado por el Benfica, dos años después ha explotado en Alemania. Ahora se juega su ilusionante futuro en el Real Madrid. Hoy es presentado en el teatro de sus sueños. Toda Serbia se siente Jovic. Es un ídolo nacional. El país espera verle triunfar en el club blanco. Tiene seis años para consagrarse.
Otros temas