Tomás González-Martín el 09 ene, 2017 Da pena ver a un grande como el Barcelona llorar cada tres días cuando pierde o cuando empata. Justificar sus fracasos en los árbitros es lamentable. En ese pobre defecto de mirarse el ombligo tan típico del barcelonismo, afirman incluso que juegan bien y que solo sufren la mala suerte. No quieren reconocer que tienen un grave problema de gol, reconocido por los barcelonistas que no son forofos y observan la realidad. Luis Suárez no está. Neymar tampoco. Siempre Messi para salvar la crisis. Y los colegiados como parapeto de un problema. Que el Barcelona, el Real Madrid y el Atlético se quejen alguna vez de los árbitros es lo más triste que puede sucederle al fútbol español. Zidane y el Madrid no se han quejado, conste. Los tres son beneficiados en el cómputo general de cada temporada, porque atacan más, crean más ocasiones y si hay errores arbitrales se producen en mayor proporción en las áreas de sus rivales. Ahora, el Barcelona, que se muestra débil, es atacado por equipos como el Athletic y el Villarreal y cuando le superan o le tutean, se agarra a los colegiados. Es ponerse la venda. Porque este Barcelona es débil, nada tiene que ver con el de hace un lustro. Se fue el gran Puyol, se marchó Xavi y no es lo mismo, que cantaba Alejandro Sanz. Miren a Rakitic, chupando banco. Y Alcácer, un fracaso absoluto. Y Aleix Vidal. Pero de eso no hablan. Ahora lloran lo que callaron en el clásico. Porque en el Barcelona no se criticó para nada, por ejemplo, el nefasto arbitraje del último duelo contra el Real Madrid, que acabó 1-1 porque el colegiado quiso. Hubo dos penaltis clarísimos no señalados en favor del conjunto de Zidane, que fue el gran perjudicado. El primero, a Lucas, fue vergonzoso. Entonces, Piqué no se dirigió a Tebas para pedirle explicaciones por los dos penaltis no pitados en favor del eterno rival. No montó el numerito. Ven que no menciono el nombre del árbitro del clásico, porque no quiero centrar, como hace el Barcelona, los resultados en el nombre de un colegiado. Los ricos solo lloran cuando las cosas no les salen como ellos quieren, acostumbrados ellos a las ayudas arbitrales. Porque al Barcelona le llevan ayudando los colegiados muchos años. Su teatro de protestar a los colegiados en cada jugada para sacar tarjetas a los rivales está muy visto. Piqué, Busquets, Puyol, todos acosaban al colegiado hasta que mostraba la cartulina al enemigo. Ahora, no ganan ni con esa presión. Son débiles. Y no lo quieren reconocer. El problema se observa diariamente. Ante el Athletic jugaron veinte minutos contra nueve y no fueron capaces de marcar ni un gol. De eso no hablan. Saben que si el Real Madrid juega veinte minutos contra nueve marca uno, dos o tres goles. Esa es la diferencia. Pero ahí vemos a Piqué tapando todas las vergüenzas de su equipo, flojo en defensa, avejentado, como si Tebas y la Liga persiguieran al Barcelona. Cuando Gerard sabe que el club no ha encontrado el sustituto de Xavi, porque quizá sea imposible. Porque Iniesta cumple años y tampoco tiene sustituto. Se lesionó y no hubo relevo. No lo hay. Porque Mascherano también cumple años y no es fácil sucederle. Porque Suárez no está fino. Y Neymar tampoco. Y un tema para rematar. Mientras el Real Madrid tuvo a todas sus estrellas para trabajar con dureza desde el 27 de diciembre, las estrellas azulgranas seguían de vacaciones. Mientras el Real Madrid realizó una minipretemporada de cinco días a tope, entre el 27 y el 31 de diciembre, con el fin de poner a todo el plantel a punto y aguantar bien el maratón de partidos de enero, el tridente barcelonista bailaba la samba con 18 días de vacaciones. Volvieron a jugar en San Mamés y ya se vio. ¿El problema no es interno, Piqué? ¿Por qué el líder hace una minipretemporada mientras el aspirante sigue de juerga? Y no vamos a hablar ahora del fondo de armario de cada equipo, que es el quid de la cuestión del nivel de calidad de cada plantilla. Si Cristiano no está, en el Madrid salen Morata y Mariano y marcan. Si se lesiona Messi ¿quién juega en el Barcelona? El Madrid tiene diez suplentes de oro, puesto por puesto, desde Nacho a Kovacic pasando por Lucas, James, Isco, Asensio y los mncionados Mariano y Morata. ¿Qué suplentes tiene tu Barcelona, Piqué? Luis Enrique alinea siempre a los mismos porque no hay banquillo. Ese es el problema, no el silbato. Otros temas Comentarios Tomás González-Martín el 09 ene, 2017
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