Tomás González-Martín el 29 ago, 2016 Zidane ha transformado al Real Madrid en ocho meses. El entrenador ha roto con las normas establecidas en los grandes clubes a lo largo de sus más de cien años de historia. Todos, desde el Real Madrid al United, pasando por el Barcelona y el Bayern, cuentan con figuras que son difíciles de sentar para muchos técnicos. Con el francés ese miedo no existe. Su éxito radica en acabar con las titularidades aseguradas para las estrellas y en alinear a los mejores aunque sean canteranos recién ascendidos como Mariano. El partido frente al Celta fue el ejemplo exacto de lo que es Zinedine. Morata marcó el primer gol blanco y el responsable del plantel no tuvo dudas en cambiar a Álvaro en la segunda parte cuando vio que el Real Madrid no encontraba la portería. El preparador esgrimió su plan C: sacó al último de la fila, Mariano, para intentar conseguir otro gol. El dominicano acaba de subir al primer conjunto del club y es un rematador puro. Salió y su primer balón fue un disparo a puerta, a la primera, a la media vuelta, sin pensárselo. Es su ADN. Jugó bien el chaval. Zidane demostró a todos que no se casa con nadie y que cuando las cosas van mal esgrime todas sus armas, sin mirar nombres, ni internacionalidades, ni galones. James e Isco ya saben lo que es eso. Esa es la diferencia entre Zidane y otros entrenadores. Para él no hay puestos fijos. Así, con Lucas, con Casemiro y con Pepe, ganó la Champions. Así, con Asensio y con Kovacic, conquistó la Supercopa de Europa. Y así continuará. No tuvo reparo en quitar el sábado a Marco Asensio, después de ser letal en dos partidos, cuando vio que no rendía como en los dos encuentros anteriores por estar muy marcado. Sentó a Modric al cabo de una hora de juego porque acaba de reaparecer y aún no está al cien por cien. Sacó a Lucas y a James. Y venció al Celta por 2-1 en un partido muy duro. Para Zidane lo único importante era sacar los tres puntos, no desperdiciarlos como ha sucedido en los comienzos de las cuatro últimas temporadas, y consiguió su lema: ganar es la única meta. Con quien en el once es una cuestión que no le preocupa. Juegan los que mejor pueden rendir. Es un mensaje de presente y de futuro que ya han vivido Isco, James, Varane y Morata. Otros temas Comentarios Tomás González-Martín el 29 ago, 2016
Fichar en invierno significa que la plantilla se hizo mal en verano: en el Real Madrid las bicicletas, como Mbappé, son para el verano
El enemigo de Real Madrid, Barcelona y otros grandes es la proliferación de los clubes estado pagados por dictaduras
Gento juega en el cielo junto a Kopa, Rial, Di Stéfano y Puskas, los cinco ángeles de la mejor delantera de la historia
La FEF y sus barras de medir: se aplaza el Betis-Sevilla por agresión pero no se suspendió el clásico con el lanzamiento de botellas y un cochinillo a Figo. El juez era el mismo, Medina Cantalejo, ahora presidente del Comité de árbitros
El Real Madrid venció 3-2 al Barcelona, le saca mil puntos en Liga y el barcelonismo es alucinantemente feliz: “Ya competimos”, dice Piqué