Los responsable de ‘Alguien tenía que decirlo’ (La Sexta) habían dicho que no se iba a parecer a ‘Sé lo que hicisteis’. Es verdad, se parecía más a ‘Las gafas de Angelino’. O incluso a ‘G20’, el programa de rankings de Risto Mejide. El estreno se presenta joven, desenfadado, deslavazado, antiguo… A veces lo que se veía por la ventana de la calle Alcalá parecía más interesante. Eso sí, el Chester que no falte. Si somos modernos tenemos un sofá Chester. Pero no tengo muy claro que reírse todo el rato de Paquirrín o de Justin Bieber sea moderno. Hombre, elegid a alguien de vuestro tamaño. Los temas parecían viejos. La boda de Julio José Iglesias, Tamara Falcó anulando una multa de aparcamiento, el reportaje sobre el barrio de Tamara (este era viejo porque la gente iba de manga corta).
Probablemente el target del programa sea muy joven, como el de ‘Tonterías las justas’ o algo así. Quiero decir que si no me hace demasiada gracia el problema es mío. De ser viejuna. Y quizá cuando esté más rodado (al fin y al cabo solo hemos visto un día) el espacio coja cuerpo. Lo de los famosos con cara de señora tuvo su aquel y las imágenes del bailongo Guardiola, también. Pero fiar el programa a imágenes de Youtube resulta deprimente. Dani Rovira, David Broncano y Txabi Franquesa no decepcionan. Es lo bueno de no esperar nada. Ellos serán heterosexuales pero eso no es un programa del corazón (se presentaban como los únicos heterosexuales que presentan un programa del corazón). Se hablará de gente del negociado pero esto es otra cosa. En todo caso se da un aire al ‘Cuore’ o al ‘QMD’ hechos televisión. Bueno, ‘QMD’ ya era un programa de televisión hecho revista. Es que ni siquiera el Chester era bonito. Y eso si que es grave.
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