
“Hago politonosâ€, decÃa la primera concursante de lo de Misión Eurovisión. Más. La que canta, dubidú, lo de las cajas de Allá tú; el de la sintonÃa de AquÃ, aquÃ, aquà no hay quien viva; una de los Bravo (que cantó Lady Lady, ya de su edad), Carmen Miriam de Pop Stars, una de AlmerÃa que yo jurarÃa que es un tÃo que se hace pasar por tÃa, unos cubanos con coreografÃa, unos pollos que llevan la cara pintada de blanco o el primer drag queen de Zaragoza. Éste me recordó a Daffyd, “el único homosexual del pueblo†de Little Britain (me encanta). Pero lo que me ganó fue ese momento en que, después de autoproclamarse primer drag queen de de Zaragoza, la entrevistadora le pregunta: “¿Y esto te viene de familia?â€. Una pregunta ingeniosa de coña, pensé. Wrong, wrong. Resulta que es que su padre ya se dedicaba al negocio. Aunque no era como Kathleen Turner en Friends sino más bien como Carmen de Mairena (juro que la comparación la hizo el hijo).
En cualquier caso, la primera gala de Eurovisión estaba llena de gente rara. Un cruce entre O.T. y el bar de La guerra de las galaxias. Y Paula Vázquez, muy pasable. Confieso que sólo con que no presente Carlos Lozano mi nivel de conformidad aumenta. Eso sÃ, lo primero fue la explicación del sacaperras de la votación vÃa 905 o vÃa sms (anda que tener que poner el nombre completo de la comunidad autónoma y en mayúsculas, que yo soy de León y no voto). Aunque lo del sacaperras no es patrimonio del espectáculo, que en Enfoque también preguntaban por la misma vÃa si se producirá en Cuba una transición a la democracia. Mientras, Gregory House iba en monopatÃn y Luis del Olmo hacÃa un monólogo en La Sexta. Lo de Eurovisión fue bastante ágil (si nos olvidamos de los interminables intermedios) y al final, votación como en el Festival. Los ganadores de esta primera gala (semifinalistas) fueron los cubanos bailarines (Santa Fe), la de AlmerÃa (Nessa), un guaperas (Miguel Cañadas), un niño de 18 años (Gerard) y los de la cara blanca (Póker). Pero ya pueden estar cambiando en TVE el dÃa de emisión o se van a comer los mocos.
Que sÃ, que también vi Hormigas Blancas. El primer capÃtulo de la vida de Carmen MartÃnez Bordiu, sólo el primero, que hay meter plató, claro. Lo más divertido se produjo en el Tomate (anunciando el programa) cuando tenÃan a una reportera en directo desde El Pardo y a otra en directo nada menos que desde la casa del primer novio de Carmencita. Shit yourself little parrot. En realidad, Gisela Sebastián estaba, calculo, en Serrano, en la puerta de Gucci, con la calle Ortega y Gasset de fondo, que es donde tiene que vivir Jaime Rivera. En cuanto al espacio en sÃ, pues lo esperable. Ninguna sorpresa. Quiero decir que sólo a quien no tenga memoria pueden sorprender ciertas cosas. Menos sensacionalismo que otras veces, pero repetición continua del entierro de Fran. Bueno, quizá sà hubo una sorpresa (al parecer lo fue también para Jorge Javier, Carmen Rigalt, Peñafiel, Pilar Eyre y Amilibia). O sea, lo que dijo Jimmy Giménez Arnau del encierro de Carmencita en casa de Patxi Andión durante 15 dÃas.
Mientras, en La mandrágora (de policÃa a policÃa) José MarÃa Pou explicaba a RocÃo Muñoz su enamoramiento (teatral) por una cabra y Loles León se sometÃa al polÃgrafo de Buenafuente (el poligrafista es Edu Soto con acento argentino; y el aparato, un fax con dos bolÃgrafos bic cristal que hacen rayajos). Y otra vez, lo mejor de Hormigas Blancas se produjo fuera (aunque se tratara de una leve referencia). Bibiana Fernández en Channel nº 4 se arrancaba con una historia sobre un gato que tenÃa (y que murió). Después de contarla soltó la frase del dÃa (repito de memoria): “Yo era entonces cabaretera y el gato me lo regaló un mago. Era cuando yo estaba en el hormigueroâ€, dijo con sorna. Porque, claro, sabe que ella también está en la cartera de Hormigas Blancas. Una historia, la suya, que preferirÃa que me contara ella misma, que tiene más gracia.
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