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Blogs Enciende y Vámonos por Rosa Belmonte

Gran Gañán Chanante

Rosa Belmonte el


Como si no fuera suficiente con la panda de garrulos que han metido en la casa de Gran Hermano, también han metido la pata. Lo que era un 1 lo han dado por un 7 y ahora buscan a Cenicienta (el 733). La pobre y eficaz azafata sacó la bola y dijo 1. Mercedes Milá dijo “el 7” y ahí se quedó la cosa, eligiendo  a Romina (133) como última concursante (¿y un palito horizontal en el 7, ¿qué tal?). Una joya la tal Romina. Contaba la perla a otra tía percal (Mahme, la que asegura que el amor es una enfermedad) que los zapatos que había llevado todo el día en la puerta de Telecinco le habían hecho “boja”. “¿Ampollas?”, pregunta la interlocutora, que no conocía semejante expresión. Aunque el que más llama la atención es Miguel Ángel Pulpillo (“yo no soy como esos chicos de moda, esos que llevan un metro de sexual”). Pero no porque parezca el gañán escapado de La hora chanante sino por las cosas que suelta por esa boca. Cuando habla con Laura, que le cuenta que ha dejado su trabajo fijo de vendedora de pisos, le suelta que ése es su sueño. “Yo he entrado aquí (en GH) para ser agente inmobiliario”. De verdad que es lo más increíble que he oído en las ocho ediciones del programa, al menos desde que el culto de Koldo preguntó que quién era Katherine Hepburn. Y qué decir de Kiko, el ricachón gallego (que no es narco ni proxeneta, pese a la pinta, sino dueño de bares). Con sus dos relojes (uno para él y otro por si le piden la hora), con esos zapatos de piel de serpiente, con ese Corvette, con esa declaración de que nunca lleva vaqueros. O Dani, el pollo que se presentó con el traje blanco, la camisa negra de manga corta y una pajarita rosa. Un tipo con un alto concepto de sí mismo, estudiante de periodismo,  que se lava mucho las manos (y el muy cerdo se seca en su casa con una toalla verde; así no se ve la mierda, tío, no serás tan escrupuloso) y que admira a Jesús Gil. Olé. Por supuesto, habemus tía buena. Es Gemma, la sevillana licenciada en Historia del Arte (“para mí arte es todo”, susurraba con la misma entonación con la que Agatha Lys decía en Los santos inocentes lo de “adoro la música”). También es mona Maruski, la canaria (“la vida es dura y el estrés es parte de mi vida”). No sé si se llevarán bien porque Gemma avisa de que suele despertar bastante envidia a su alrededor y que las chicas no congenian con ella. Vaya. Todo esto lo decía mientras las tetas que llevaba a la altura del cuello estaban a punto de ahogarla. Seguiremos informando, of course.

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