Me preguntaba el otro dÃa Lolilla qué me parecÃa Medium. Ahà va, y aprovecho que el domingo por la noche (en Cuatro) pusieron En el adulterio y la enfermedad, el episodio por el que Patricia Arquette ganó el Emmy como mejor actriz en serie dramática. Me gusta bastante. Me fÃo de su creador, Glenn Gordon Caron (artÃfice de Luz de luna). Me fÃo de uno de sus productores ejecutivos, Kelsey Kramer (Frasier). Me gusta que, pese al tema que gasta (ya saben, me trato con muertos pero soy una persona normal), no tenga un aspecto tenebrosamente sombrÃo. Ni de gabardina y coche oscuro (como Expediente X) ni de uh, tengo cara de espectro (como Millenium). Una serie de familia en su casita, de mujercita, maridito comprensivo e hijitas rubitas (quienes, al igual que Tábata en Embrujada, seguirán los pasos de mamá). Cariño, estoy en casa. Aunque seguro que ya lo sabes. Quizá ande entre A dos metros bajo tierra (por el humor y por las escenas con muertos, pero sin familia disfuncional-pirada ni aire de mira qué intelectual es esta serie), Profiler y Treinta y tantos. Me gusta que la protagonista se llame Allison Dubois, el apellido de la chiflada de Un tranvÃa llamado Deseo (aunque el nombre no es inventado porque se trata de una persona real que realmente vive en Phoenix). Al final, ha acabado gustándome Patricia Arquette, esa rubia de pasado moreno. Porque, miren, entre ver muertos de la mano de alguien que se parece a Nosferatu (Lance Henriksen en Millenium) o verlos de la mano de alguien que me recuerda a la cerdita Piggy, pues no hay color. Ahora, esta chica necesita un peluquero, que digo yo que en Phoenix habrá.