
De todas las canciones pata negra de Eurovisión (las españolas) va y gana Bailar pegados. No sé si cortarme las venas en dados o en juliana.
El sacaperras organizado por TVE con el nombre de Europasión encumbró la canción de Sergio Dalma cantada por David Civera (Mel Torme y Tony Bennet, no te digo) como la mejor canción que hemos mandado al festival. Ni Eres tú ni Volverás (cantada por Cómplices, que parecen escapados de Shangri La; demonios, hasta Karina está más joven), ni Yo soy aquel (para pegarle una paliza a Bustamante como esa que Stewie de Padre de familia le da a Will Ferrel después de ver Embrujada), ni En un mundo nuevo (cualquier parecido de la versión cuasi tecno de Alaska con la de Karina es una aproximación), ni Vivo cantando, ni La, la, la (by Rosa de España, cuya mejor frase fue una dirigida a MarÃa Isabel: ‘…que se está haciendo una mujer. Tú crees, las curvillas que ya tiene…’), ni… ni na de na.
A mà me encanta Estando contigo de Conchita Bautista (y Qué bueno, pese a que tuviera en su dÃa cero points, porque no nos quieren) pero Marta Sánchez se podÃa haber quedado en su casa (o en el jurado de El gran Quiz con el tontito). Aparte de esto, Raffaela Carrá siempre es estupenda, aunque su versión de Waterloo y su deficiente playback se los podÃa haber ahorrado (y si no se hubiera ido a cambiarse para darle a la copla de Abba también nos habrÃamos ahorrado que la sustituyera Carlos Sobera, de promoción de su cosa de baile).
PodrÃa hablar de El juego de tu vida (‘¿Has pensado en pinchar los condones a tu novio para quedarte embarazada?’ ¿Te has metido calcetines en el calzoncillo para tener más paquete?’ ‘¿Has estafado a Hacienda?’ ‘¿Te has metido en un ataúd cuando trabajabas en una funeraria?’ ‘¿Has pensado alguna vez que tu madre es una carga para ti?’. ‘¿Alguna vez te has masturbado mientras estabas trabajando?’). PodrÃa, pero es que ayer comencé a eurovisionarme. Incluso sin querer porque por la mañana compartà un tren con Salomé (que iba al programa de la Carrá). Como mi asiento estaba al lado del baño miraba a todo el que se acercaba. Y de pronto, ah, Salomé. Oh, es ella. Bastante irreconocible con su melena, sin maquillar, vestida de negro. Pero no contaba con la astucia de una tarada mutante como yo (tenÃa alguna duda de si era ella pero por la noche en la tele comprobé que sÃ).
Para seguir con la eurovisionización compré un 739 de la ONCE a un tipo que vi en IFEMA (nunca habÃa visto un vendedor de la ONCE en IFEMA) cuando salÃa de ver en una pasarela de moda a Bar Refaeli y a la pelirroja de Sin tetas no hay paraÃso (como digo en mi crónica de hoy, Sin pelirrojas no hay paraÃso). Vi al vendedor y pasé de largo. Pero luego pensé en mi eurovisionización y volvÃ. Oiga, ¿tiene usted de eso nuevo? No le iba a decir si tenÃa lo que anuncia el Chiki Chiki. Es como la Primitiva pero de la ONCE. Si me toca estaré en Belgrado. En el Festival de Eurovisión. Es la razón por la que he considerado razonable mutar a eurofan. Seguiré informando desde la capital de Serbia. O lo que sea.
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