Un amigo periodista me preguntó al empezar la semana si yo aplaudiré a Sergio Ramos el domingo en el Bernabéu. No soy muy amigo de aplaudir a los rivales cuando hay algo en juego. Pero si se trata de calibrar hasta qué punto estamos ante un caso casi único de la historia del Real Madrid, sí me lo parece, y explicaré las razones.
Ordenemos a los jugadores de la historia del club por número de partidos (podríamos poner otros criterios: número de temporadas, goles, trofeos conquistados… ). Pero he elegido número de partidos, en los que Sergio Ramos figura como cuarto máximo emblema, detrás de Raúl, Casillas y Sanchís, que nunca regresaron al Bernabéu con posterior equipo.
El jugador de Camas estuvo 16 campañas, con 671 partidos jugados de blanco. Raúl (741), Casillas (725) y Sanchís (710) ya he señalado que no regresaron al Santiago Bernabéu con otra camiseta (Raúl sí lo hizo en un homenaje vistiendo la casaca del Al-Sadd en una parte, y la del Madrid, en otra). Después hay una lista en la que les siguen, Benzema (648) y Santillana (que tampoco). El siguiente es Hierro, que con el Bolton nunca se enfrentó al Madrid. Tampoco lo hicieron Gento (600), Camacho ni Pirri. Ni Michel, Marcelo, Guti o Roberto Carlos. Modric sería el siguiente. Y tras estos 15: ni Chendo, Amancio, Butragueño o Buyo (456) se enfrentaron al Real Madrid tras sus despedidas. Kroos es el siguiente de la lista, y tras él Cristiano, Zoco, Benito y Velázquez (402). Le sigue Carvajal, y el nº26 es Juanito. Juanito regresó al Bernabéu (1988-89) con el Málaga: «Llevaba año y medio esperando este momento», dijo a los medios al término de aquel partido en enero de 1989, en el que el de Fuengirola marcó un gol que no celebró. Juanito fue de los inventores de no celebrar los goles ante sus exequipos y, además, el gol fue en realidad de Chendo en propia meta. «Aunque el Málaga lo llevo en el corazón, el Madrid lo llevo en la sangre», se justificó al explicar por qué no celebró el empate a uno. Fue un momento en el que el Málaga le había empatado en Chamartín al Madrid y en la grada había un runrún de ‘partido en peligro’. Juanito dio un par de pases con mucha calidad y eso hizo arrancar a la grada algunos aplausos. En algunos momentos del choque se escuchó el canto de «Illa, illa, illa, Juanito maravilla», un cántico que nació en el fondo sur, en los primeros años ochenta, en los mejores años de Juanito con el siete a la espalda. Le marcó un golazo genial a Buyo esa misma temporada (junio, 1989) en La Rosaleda: un disparo lejano en vaselina que sorprendió a todos (2-2). Detrás de Juanito (401) no volvieron al Bernabéu como rivales, después, todos los siguientes: Di Stéfano, Gallego (372), Michel Salgado, Grosso, Varane… ¡pero sí Isco! que jugó un Madrid-Sevilla en octubre de 2022 (3-1). En aquel regreso de Isco (352) hubo más cariño que cuentas pendientes, con aplausos que se acabaron imponiendo a algunos pitos iniciales, sobre todo cuando fue sustituido (76’) por Rafa Mir. Tras el futbolista de Arroyo de la Miel, tampoco se enfrentó al Real Madrid después de marcharse tras 18 años el recientemente fallecido Miguel Ángel. Tendríamos que llegar después a Iván Helguera (puesto nº 34, con 346), que estuvo dos temporadas en el Valencia (2007-09) y que regresó para ganar 2-3 en marzo de 2008, saliendo de suplente por Marchena en la primera parte. Tuvo Helguera una maldición: nada más sustituir a Marchena, Raúl se anticipó a él en una acción y el Madrid empató un partido que perdía. Pero terminó vengándose en el marcador final.
Tengo recuerdos de otros grandes madridistas de la historia con menos partidos. Martín Vázquez regresó con el Torino, con muchos más pitos que aplausos. Martín Vázquez (36:343) fue un jugador poco valorado por la grada de Chamartín, en una época en la que cada hincha era partidario de uno de sus futbolistas en detrimento de otros; una especie de guerra civil: Hugo, Butragueño, Michel o Martín Vázquez… Y la lista sigue: Del Bosque, Santamaría o Casemiro (336). Lucas Vázquez es el siguiente y Pepe (334) jamás jugó contra el Real Madrid en casi 700 partidos de profesional. Stielike sí que tiene una gran historia. (42; 308). Volvió con el Neuchatel (1986) y declaró al llegar a Madrid: «No podré evitar la nostalgia. Cuando camino por las calles de Madrid me siento como en casa» En la previa de aquella Copa de Europa, Uli firmó autógrafos por las calles y recibió el cariño de la gente. Luego, ¡cómo cambió la cosa!; tras el apoteósico recibimiento al salir al campo (más de dos minutos de aplausos al salir a calentar), el duelo contra su exequipo terminó en guerra. Con un rifirrafe con Juanito que terminó en una entrada muy sucia de Stielike, con los tacos en la cara (se vengó de una conducta antideportiva previa del malagueño) que enfrentó a todo el público con el jugador alemán. Terminó el partido silbado cada vez que tocaba la pelota. Del amor al odio…
Tampoco Zárraga, Juanito Alonso (296), Ipiña, o Asensio. Sí lo hizo Hugo Sánchez, con el Rayo Vallecano, pero el partido fue en el Vicente Calderón: la única vez que en ese estadio jugaron los blancos de locales (5-2). En la lista les siguen Miguel Muñoz (275) Morientes con el Mónaco y el Valencia; En San José se llega a los 50 jugadores.
Y en la lista de recuerdos figuran Higuaín (264), Juventus; Xabi Alonso, (Liverpool y Bayern), Redondo, (Milan); Milla, (Valencia) y Luis Enrique, el más odiado de todos, (Barcelona). Estos últimos citados están entre los 72 con más partidos en el club, superando los dos centenares de encuentros al menos cada uno. Pero ninguno de estos regresos está a la altura del de Sergio Ramos, que nunca se despidió del Bernabéu, porque el 1 de marzo de 2020, tras una victoria sobre el Barcelona, con un Vinicius goleador con 19 años, vino la pandemia… Estamos ante el mayor caso de la historia del Real Madrid en la vuelta de un exjugador. Porque nadie jugó tanto como el de Camas, unido a que fue capitán, ganó títulos como ninguno y simbolizó una parte de la historia del club que no olvidará jamás la afición.
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