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Blogs Real Madrid: Historia y nada más por Luis Prados Roa

La muerte de Benito

El legendario central del Real Madrid está en el recuerdo de nuestras patadas, nuestros despejes y en la seguridad que daban los buenos defensas

La muerte de Benito
Benito pugna por alto frente a sus rivales colchoneros Luis y Ufarte, ante la salida de Borja. De Felipe, Gárate (en el suelo) y Grande (en carrera), atentos a la jugada del Real Madrid-Atlético de la 70-71, que ganaron los blancos con un gol madrugador de Pirri - Teodoro Naranjo
Luis Prados Roa el

Ha muerto Benito. El defensa de cuando éramos niños. Si tú le pegabas una patada a un niño en el recreo, te disculpabas diciendo «como Benito». Mi hermano Miguelo lo llamaba Minito cuando ni siquiera iba a Jardín de Infancia. Mis amigos más pequeños lo llamaban Hacha Brava, como le apodó en Radio Intercontinental Héctor del Mar.

Gregorio Benito Rubio (Puente del Arzobispo, Toledo, 1946) fue un defensa legendario del Real Madrid (1969-82). Perteneció a la generación de futbolistas que tomó el relevo del Madrid yeyé, el de mi infancia. Cuando fui por vez primera al Bernabéu, Benito era una máxima garantía en la línea de atrás, la que se dibujaba en el césped tan verde, que en la tele no salía tan chulo sin color. Fue siempre defensa central, aunque sus primeros partidos fueron en el lateral izquierdo, hasta que suplió a De Felipe.

Benito fue un defensa de época. Duro, muy valiente, rápido en el corte, implacable en el marcaje al hombre. Tenía una gran sintonía con Pirri, que cuando pasó a ser hombre libre se convirtió en el mejor compañero de todos. No jugaba el balón casi nunca en ataque, ni iniciaba la jugada, ni recibía el balón del guardameta. Benito la mandaba arriba. Y el Bernabéu entonces entendía y conocía a sus jugadores, para jamás recriminarles nada que no fueran lo suyo. Y lo suyo, lo de Benito, es que el rival no pasara; sin contemplaciones.

Un día Benito metió un gol que «cayó» el Bernabéu, en la portería del fondo sur, tras un córner sacado por Cunningham (de los suyos, con el exterior del pie). Fue un partido de vuelta de octavos de Copa de Europa, de cuando la Copa de Europa ponía Chamartín a reventar. No pude ir a aquel partido porque no teníamos abono y mi padre aún no nos dejaba ir de pie, detrás de la portería, donde el olor a gol impregnaba todos los sentidos, no solo el del olfato. El Madrid eliminó al Oporto aquella noche con el cabezazo de Benito, que solo marcó dos goles más con la camiseta blanca en toda su trayectoria como futbolista, uno en Salamanca y otro en Huelva, en un cabezazo en el último minuto, que le dio la victoria al Madrid, en un domingo que se había hecho ya de noche, con la radio dando gritos cerca de la ventana de mi casa.

 

Benito, antes de un partido de Liga en el estadio Santiago Bernabéu. FOTO: realmadrid.com

Un día Benito me firmó un autógrafo. Los jugadores del Real Madrid se presentaron en plenas vacaciones de Navidad de 1979 en Juvenalia. Fue una emoción. Además, esa misma semana lo habían expulsado en un amistoso contra el Manchester City en el Bernabéu. Los ingleses dieron tantas patadas, que en la grada del fondo sur «demandamos» a Benito hacer alguna guerra particular. El árbitro Lamo Castillo le sacó tarjeta roja para jolgorio de la hinchada. Al día siguiente ABC tituló: «Madrid y Manchester City se dedicaron a hacer boxeo».

Fue 22 veces internacional con la selección. Recuerdo que la alineación, en la foto del equipo, era toda del Madrid en la parte de arriba: Miguel Ángel, Sol, Benito, Camacho, Pirri. Estaba Del Bosque… Benito Ganó 6 Ligas y 5 Copas de España en 13 temporadas, en las que jugó más de 400 partidos oficiales, una docena de ellos de suplente.

Ha muerto Benito. Siempre lo tendremos en el recuerdo de la infancia.

 

 

 

 

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