En la fachada del museo una pancarta en letras blancas informa de que El Greco ha llegado al Metropolitan Museum. El museo por dentro es un hormigueo de gente. Además del Greco también han llegado Picasso y Juan Gris (y toda la familia cubista), muy bien representados en la exposición titulada “Cubism” con fondos del magnate Lauder (el hijo de Estee Lauder, la creadora de la firma de cosméticos). La joya de la exposición del Greco es, sin duda, la “Vista de Toledo”, el impresionante cuadro del cretense que en marzo de este año viajó hasta el Museo de Santa Cruz para formar parte de “El griego de Toledo”, la muestra pictórica española más visitada de todos los tiempos.
Me cuenta un amigo que hace unos días visitó al Greco en el Met, y que durante el tiempo que permaneció en la sala “Vista de Toledo”, esa que tantas veces admiró Ernest Hemingway, fue la obra más fotografiada, lo que nos llena de emoción a los toledanos (en el Met, por cierto, permiten fotografiar los cuadros, no como en Toledo). Mi amigo, que visitó España el pasado verano y tuvo la suerte de contemplar la exposición del Santa Cruz, piensa que la pequeña exhibición neoyorkina cumple su cometido de pequeño homenaje en el año triunfal de Greco. “Es como un pequeño y delicado postre al banquete que se ha celebrado en la Ciudad Imperial. Uno sentía un poco de tristeza y a la vez de alegría viendo al público que llenaba la sala y recordaba y hasta le pareció más luminoso Toledo en Toledo”, me dice.
La exposición permanecerá abierta hasta el primero de febrero de 2015 y a lo largo de estos meses habrá conferencias sobre el cretense. La muestra consta de dieciséis cuadros, entre los que se encuentran Fernando Niño de Guevara, San Jerónimo, Cristo con la cruz a cuestas (el cristo de los ojos vidriados), la Sagrada familia, etc. Ahora podemos leer con interés y alegría las elogiosas reseñas que periódicos como The New York Times o The Guardian, por ejemplo, han publicado. Aunque el Greco tuvo que pasar mucho tiempo en la oscuridad, ahora le ha llegado el tiempo en que la luz ilumina su obra y nos ilumina a nosotros. En Toledo o en Nueva York. Fotos: Hilario Barrero
