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Blogs Pienso de que por Rafael Cerro Merinero

Peligro: epidemia de ej ques

Rafael Cerro Merineroel

–         A las seis en la entrada a El Retiro. En la que da a la Puerta de Alcalá.

–         Nosotros iremos en chándal.

–         […] […] […]

–         [Un ominoso silencio ocupa el teléfono].

–         Que digo que Ruben (sic) y yo iremos en chándal. Por si queréis ir vosotros también.

–         No; nosotros saldremos a la calle vestidos.

–         “Ej que” así vamos “maj” cómodos…

De modo que chándal no se escribe con jota, pero le falta poco. Al menos, se justifica con jota; la jota de “ej que”. El chándal es la prenda del domingo y ha sustituido lo que antes eran las mejores galas de cada cual. Ruben (sic) empieza la jornada festivamente ataviado lavando el coche en la estación de servicio, con la pistola de alta presión, y le deja a la Sheily las llantas, que son la parte más chunga porque acumulan mucha roña y hay que frotarlas. El chándal de él es azul con cuatro rayas blancas en el flanco de cada pernera. El de la Sheily, rosa y negro, lo que está considerado como una atenuante por instancias espurias, pero realmente no tiene perdón de Dios, del único auténtico. Si es rosa, ella cree ir aderezada como una princesa Disney el día de su coronación y es capaz de meterse así hasta en misa. Y con los llamados tirantes del sujetador “invisibles”, que realmente son fosforescentes, auténticos luceros en la noche de la disco. Cree ir aliñada con exquisitez.

Pero va hecha un vestiglo.

Si la estética es hija del estilo, triste destino el de un país que se viste en la tienda de deportes. Al menos, la considerable parte de su población que podríamos denominar cariñosamente gentualla. Cuando yo era niño, en las tiendas de deportes vendían mancuernas, balones de fútbol y raquetas, pero ahora hay sudaderas con el logotipo en letras enormes y pantalones ajustados a las venas.

 

Una breve noción de etimología. El inevitable término chándal es un galicismo. Viene de chandail, la palabra con la que esa prenda (por llamar de forma caritativa al andrajo) de dos piezas teóricamente diseñada para hacer deporte se designa en francés. El Diccionario de la Academia Española de la Lengua afirma que chandail designaba inicialmente un jersey de los vendedores de verdura. El Petit Larousse habla claramente de un jersey: “Prenda de lana tricotada o de materia sintética que cubre el torso y que se pasa por la cabeza”. Y apunta hacia un origen: la voz viene de marchand d’ail, vendedor de ajos. Esto explica por qué huele Ruben (sic), a veces, a ese condimento. Por la etimología, hasta el aroma. Y todos en chándal, hasta en las recepciones con Obama.

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