Javier Fernández con un ejercicio que rozó la perfección consigue el oro mundial 2016
Hoy pensaba hacer un post sobre este hecho, como siempre me había documentado y además creo que con el tiempo me considero un seguidor con criterio para comentar el patinaje. Pero cuando tenía ya hecho un borrado he visto la entrada que hay en Hielo español
No se puede hacer un mejor seguimiento técnico y no se puede ser más exacto. Lectores, les invito a leerlo y les presento solo a modo de avance dos párrafos y los comentarios de Javi tras ganar.
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Eran las 4:26 cuando un transpirado y muy serio Javier Fernández saltaba al hielo. Muchos aplausos aunque pocas banderas españolas. Sus padres, algunos amigos y los compañeros de la selección española (Javier Raya, Celia Robledo, Luis Fenero y Sonia Lafuente) le jaleaban desde las gradas. Como prometía estaba absolutamente concentrado, apenas había podido entrenar por la mañana ¿Sería capaz de obrar el milagro? Necesitaba 196.95. Una nota muy alta, pero ya había superado en dos ocasiones la barrera de los 200.
Minutos después, los espectadores del TD Garden se asombraban al verle aterrizar un cuádruple toe totalmente perfecto, tanto, que recibía un GOE unánime de +3. Javier estaba fino. Unos cruzados y clavaba el elemento más complicado, la combinación de cuádruple salchow + triple toe (+2.29) y el triple axel + doble toe (+2.29), que salía de la nada. Con este inmejorable comienzo iniciaba la serie de pasos nivel 4 (+1.9) magistralmente adaptada a los compases del musical ‘Ellos y ellas’. La única mácula acaecía en la pirueta baja cambiada, donde sólo llegaba al nivel 3 (+1.07), dejándose menos de medio punto. En la segunda mitad, nos dejaba sin aliento al bordar el cuádruple salchow (+3) y la serie de triple flip + medio bucle + triple salchow (+1.2). El público era un clamor, pero aún tocaba pasar por un elemento muy complicado, el temido segundo triple axel que falló en el europeo. Pero no era el caso, ya que lo aterrizaba con perfección (+1.57). Mientras sacudía los dados de la suerte, sonreía al ritmo de ‘Luck be a lady’ de Frank Sinatra. Estaba imparable. Triple lutz (+1.80) y sonrisa cómplice con la grada, que se entregaba con la secuencia coreográfica. Un esfuerzo más, triple bucle con entrada de águila (+1.20). Al tocar el hielo, se le notaba feliz. Dos piruetas nivel 4 (ambas +1) y final. 17.000 personas en pie, Fernández se llevaba las manos a la cara, no se lo podía creer, había logrado el sueño de cualquier patinador, hacer el programa de su vida en el momento más importante. Era y se sabía ganador. La sensación era eléctrica. Esto no era una ensoñación. “Oh, dios mío… guau”, se escuchaba decir a Brian.
“Estoy muy emocionado por este segundo título. He pasado un mes muy duro con dolores y problemas físicos y esta mañana apenas pude entrenar. Me ha encantado competir en Estados Unidos con música de Sinatra y creo que al público le ha gustado, algo que para mí es muy importante. Aumenté la dificultad de mis programas y la jugada salió bien. Realmente no pensaba en la victoria, sólo en ir elemento a elemento. En el segundo triple axel, salto en el que me caí en el europeo y que es nuevo, fui con bastante respeto. Antes de salir estaba en el vestuario y oía a la gente gritar, sabía que tenía que bordarlo si quería ganar, pero parece que hay en días en los que simplemente sale todo. No puedo estar más contento por mí y por mi país”, declaraba emocionado.