China, septiembre de 2014.
Cada noche que juega  Peng Shuai es el mismo ritual, los aficionados chinos y cada vez más extranjeros que nos hemos nacionalizado chinos “tenisticamente hablando” , nos juntamos delante del televisor para ver a Peng Shuai. Está haciendo historia. Ya está en semifinales del US Open, a un solo paso de llegar a la final y con la posibilidad de ganar “un grande”. Se enfrenta con la danesa Caroline Wozniacki, rival muy dura, pero parece viable que Shuai la pueda superar e incluso que pueda ganar el torneo.
El primer set llega al tie break y cae del lado de Caroline Wozniacki.
El segundo set empieza con un break muy pronto, parece que no va a ser el dÃa que se haga historia. Que todo quedará aquÃ. Caroline Wozniacki está siendo superior.
Con 4-3 a favor de Wozniacki se dispone a  sacar para el 5-3. Empieza la reacción de Peng Shuai.
Con tres fantásticos golpes planos se coloca con 15-4o, dos bolas de break, dos bolas para nivelar el set. Ha ido de menos a más. Parece que está más metida en el partido y se la ve mucho más entera. China entera ruge.
Pregunto a un amigo inglés que tengo al lado y vive en Xian desde hace 5 años qué gritan tras los últimos puntos ganados. Me dice “China”, están gritando “china, china”. Shuai es ahora China me dice.
Contenemos la respiración en el saque, esperando el resto ganador de Peng que suponga el empate. Pero el partido y la historia da un giro inesperado…
Peng no solo no consigue ganar el punto, además cae en la pista.
Caroline Wozniacki mira sin saber que ocurre.
Pero consigue reponerse, parece que ha sido un susto. Hay partido.
Con un buen resto se pone con ventaja. Ventaja para empatar el set de nuevo.
Pero al golpear vuelve a resentirse. Ahora es definitivo. No puede seguir. Se acabó.
Lo que ha trascendido al concluir el partido fueron las declaraciones de Caroline Wozniacki:
“Es una gran alegrÃa haber conseguido estar de nuevo en la final del Abierto de Estados Unidos después de cuatro años de hacerlo por primera vez (2009), pero no me ha gustado la manera como mi rival tuvo que dejar el partido”.
Peng además ha subido 18 puestos en la clasificación de la WTA y se acerca al top 10.
Lo que no ha trascendido es la reacción de todos los seguidores chinos. No porque hubiera perdido la oportunidad, sino por como la perdió, lo trágico de las imágenes. Como luchó durante 20 minutos por recuperarse y como se aferraba a la pista para acabar llorando con la rodillas en el suelo.
Los europeos y americanos miramos con sorpresa como ninguno de los seguidores chinos consiguen retener las lagrimas. China llora con impotencia.
general