Reconstruir cómo fue la actividad del Sol hace miles de años es algo difícil, pero no imposible. De hecho, hay dos métodos que permiten hacerse una idea del número de manchas y del brillo solar en el pasado, o por lo menos durante un cierto periodo de tiempo en el pasado. Desde 1610, por ejemplo, existen registros fiables de científicos que observan y contabilizan manchas solares. Y para periodos anteriores contamos con el testimonio mudo de los anillos de los árboles y los núcleos de hielo extraídos de las regiones polares. En ambos casos, la distribución de las distintas variedades de carbono y berilio en las diferentes capas, o anillos en el caso de los árboles, permiten a los científicos extraer conclusiones sobre el nivel de actividad solar durante los últimos 9.000 años.
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Ciencia