Cada vez parece más seguro que ahí fuera, en los confines del Sistema Solar, se esconde (por lo menos) un enorme planeta con la masa de diez Tierras. Un mundo enorme y oscuro que, sin embargo, no ha podido aún ser observado por ningún telescopio.
Su presencia, sin embargo, se deduce a partir de los movimientos de una serie de cuerpos del cinturón de Kuiper, un enorme disco de escombros que orbita alrededor del Sol más allá de la órbita de Neptuno. Ya en 2016 los astrónomos Konstantin Batygin y Michael Brown, del Instituto de Tecnología de California, hallaron que seis de esos lejanos objetos estaban siendo «forzados» a mantener una alineción orbital extraña y que solo podría explicarsecon la fuerza gravitatoria de un noveno y enorme planeta oculto.
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Ciencia