Teresa Zafra el 14 ene, 2014 Me resulta muy gracioso pensar en todos los recursos y los millones de euros que supuestamente se invierten en ayudar a la conciliación familiar, a la igualdad y a la incorporación de la mujer al mercado laboral, cuando luego me encuentro situaciones como la que vivimos cada vez que vamos al médico. Os pasará a muchos, y os habrá pasado, que llevar a vuestro hijo al pediatra en el centro de salud, a la seguridad social, os supone faltar al trabajo. No penséis, ni mucho menos, que pongo por delante de la salud de mi hijo mi trabajo, pero el problema es que esta situación se produce cuando mi bebé tiene algún achaque sin demasiada importancia. Os cuento para que me entendáis: mi centro de salud solo tiene pediatra los lunes por la tarde. Para las demás tardes, están las urgencias de otro centro de salud cercano o las del hospital, pero, claro está, te piden que no lleves a tu hijo allí salvo que tenga muchísima fiebre, se haya caído con consecuencias importantes o tengáis cualquier otra emergencia que no puede esperar. Martín se levantó un miércoles tan congestionado que no podía abrir los ojos ni respirar con normalidad. No tenía fiebre, pero si muchos mocos, y, una vez le lavamos la cara con manzanilla y le limpiamos la nariz con suero, estaba lo suficientemente bien para acudir a la guardería. Sin embargo, como imaginaréis, su padre y yo queríamos que un médico nos viera para que le recetasen algo para sus mocos. El pobre llevaba un mes y medio con un catarro y pensamos que igual había llegado el momento de que le diesen una ayuda para soltarlo, algún jarabe o similar. Lo que pasó ya os lo imagináis: en mi centro de salud, el Consultorio de Chile de la ciudad de Valencia, me dicen que o me espero al lunes o que para ir antes me tienen que dar cita por la mañana. El propio sistema público de salud, o lo que es lo mismo, la Generalitat Valenciana (que en mi opinión no debería tener transferidas las competencias de sanidad) y en última instancia nuestro Gobierno, me piden que falte al trabajo si quiero que me receten un jarabe. ¿No tendría más sentido para todos los padres y niños que hubiera consulta todos los días a la hora de salir del colegio? Si el niño tiene algo grave o urgente durante el horario lectivo y de trabajo, seguramente lo llevaré al hospital y no al pediatra: tener una consulta de pediatría de 9 a 12 para recetar jarabes, hacer las revisiones periódicas, poner vacunas y derivar a especialistas no me parece nada práctico, económico ni conciliador. Ahora que Martín es bebé no importa que falte a la guardería, pero dentro de unos años tendrá que perder clase. Su padre o yo perdemos tiempo de trabajo cada vez que nos ponen en esta situación, tiempo que a fin de cuentas es dinero, dinero que pierde nuestra empresa y que, a fin de cuentas pierde nuestro país. Lo dicho, no entiendo por qué no tenemos consultas de pediatría de 5 a 7 en nuestros centros de salud. embarazomaternidad Comentarios Teresa Zafra el 14 ene, 2014