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Refugiados e independentistas

Refugiados e independentistas
Luis Ayllón el

Resulta casi impúdico el tiempo que dedicamos los medios de comunicación a las pretensiones independentistas de unos señores de Cataluña, inmediatamente antes o casi a renglón seguido de ver a miles de seres humanos en busca de un lugar donde no verse en riesgo de morir por una guerra o por la crueldad de los yihadistas.

Si se ponen en la balanza ambas realidades, no se puede menos que calificar de pueblerinas y mezquinas las manifestaciones de quienes se han inventado una lista de agravios supuestamente infringidos por “Madrid” –la palabra talismán en la que concentrar el odio- para tratar de convencer a los catalanes de que fuera de España todo será de color de rosa.

Poco importa que todo el empresariado hayan lanzado serias advertencias de que no apoyan el secesionismo. Les da lo mismo que desde las principales capitales del mundo y desde la Unión Europea se les diga que una Cataluña independiente no tendría ningún porvenir. “No les interesa que nos vayamos”, aseguran, como si el futuro del mundo dependiera de lo que haga o dejen de hacer Artur Mas y sus amigos.

El mundo vive problemas bastantes más serios que preocuparse por tratar de encontrarle, en el escenario internacional, un encaje a un pequeño pedazo de tierra en el noreste de España. Las aspiraciones de una Cataluña independiente se terminarán cuando, después de mendigar su reconocimiento, quede ascendida a la categoría de “conflicto congelado”, engrosando la lista de territorios tan influyentes en el mundo como Nagorno-Karabaj, Osetia del Sur, Abjasia o Transnistria.

Los problemas que hay que resolver en el mundo tienen que ver más que con Cataluña con hacer frente al drama de los refugiados y de los inmigrantes; con frenar el avance de los terroristas del Daesh; con tratar de poner fin a las guerras de Siria, de Libia, de Yemen y de otros puntos en la zona; o con salir de la crisis económica que atenaza a muchos países, y no sólo a Grecia.

Las fuerzas de nuestros gobernantes deberían estar dedicadas a esas tareas y no a discutir con unos señores que tratan de ganar votos para su causa, ofreciendo un Arcadia en la que todos serán felices, más altos y más guapos. Vamos, que hasta Oriol Junqueras, el retador de Margallo, podrá tendrá opciones para ser Mister Cataluña.

 

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Luis Ayllón el

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