La audiencia del Papa Francisco a Mariano Rajoy se desarrolló en un clima cordial y simpático. No podía esperarse otra cosa de Su Santidad, que, además, ha tenido la deferencia de abrir sus contactos con jefes de Estado y de Gobierno con el presidente español. Gracias a ello, Rajoy ha sido recibido antes por el Papa que por Barak Obama, que aún no encuentra fecha para hacerle de anfitrión en la Casa Blanca.
Naturalmente en la conversación de Rajoy con el Papa ha estado presente la crisis que se vive en nuestro país y la delicada situación en que se encuentran muchas familias españolas, a las que instituciones de la Iglesia Católica, como Cáritas, ayudan a paliar sus necesidades de una manera eficacísima.
Posiblemente, el análisis de cómo se encuentran en España otros asuntos concretos que preocupan a la Iglesia Católica, relacionados con la educación, la defensa de la vida y la familia, pudieron salir en la charla privada con el Papa, pero seguramente tuvieron un mayor desarrollo en la entrevista de Rajoy con el secretario de Estado, Tarcisio Bertone, que estuvo acompañado por una amplia representación de sus colaboradores en el almuerzo ofrecido en la Embajada española ante el Vaticano.
Indudablemente, a la Iglesia le gustaría una mayor diligencia por parte del Ejecutivo a la hora de afrontar algunas de las reformas anunciadas por el PP durante la campaña electoral que tratarían de corregir la política de ingeniería social llevada a cabo por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, sobre todo en lo que afecta a la ley del aborto.
De hecho, el cardenal Rouco Varela, abrió la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal con un discurso muy explícito sobre estas cuestiones y con una crítica abierta al Gobierno de Rajoy, algo que algunos prelados han considerado, en privado, poco oportuno, al coincidir en el tiempo con la audiencia del Papa. En Moncloa, claro, no han sido acogidas con aplausos precisamente, las palabras de Rouco, con quien Rajoy todavía no se ha reunido de manera oficial desde su llegada a la Presidencia.
Al margen de estas diferencias, en la reunión con el cardenal Bertone se habló también del papel que España puede desempeñar en dos zonas que le son muy cercanas: Iberoamérica y el Mundo Árabe. A la Iglesia Católica le preocupa la situación de los cristianos que son perseguidos en algunos países de mayoría musulmana y el Gobierno español, que ha ofrecido su colaboración en lo que sea posible, tiene en cartera, desde hace meses, una iniciativa conjunta con Italia, para que la Unión Europea inste a que se reconozca el derecho de las minorías religiosas y no sólo de los individuos. La falta de acuerdo para formar Gobierno en Italia podría hacer que España se decidiera a tomar la iniciativa en solitario.
Papa Francisco
