Los consejos del “hermano mayor” de Mohamed VI
Los cuatro dÃas que Don Juan Carlos ha pasado en Marruecos y sus encuentros con Mohamed VI deberÃan dar para mucho. No sólo para expresar la solidaridad de España por el brutal atentado de Marraquech. No se olvide que el encuentro se anunció el pasado verano, tras los incidentes en la frontera de Melilla, que en realidad eran un reflejo del malestar del Monarca alauà por el sobrevuelo de helicópteros militares españoles sobre el yate en que se encontraba descansando. El Rey sólo se contenta si las disculpas vienen de otro Rey.
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En el fondo, Mohamed VI tiene en la cabeza aún una concepción feudal de su reino, que únicamente las revueltas que vive el mundo árabe le están haciendo rectificar. Ha visto ya movimientos reivindicativos en las calles de su paÃs, que hasta ahora no han ido enfocados directamente contra él, pero sà contra su entorno y algunas prácticas corruptas demasiado frecuentes.
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Sin duda, esos movimientos le han llevado a anunciar que someterá a referéndum unas reformas de la Constitución encaminadas, entre otras cosas, a hacer que el primer ministro salga de las urnas y no directamente de palacio, como hasta ahora.
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Dice el Eclesiastés que el hombre prudente medita en su corazón las sentencias de los otros. Por eso, si Mohamed VI es sincero en sus anuncios, no habrá desperdiciado la oportunidad de escuchar los consejos que pueda haberle dado Don Juan Carlos —de quien se considera su «hermano menor»— sobre cómo se realiza con éxito una transición a la democracia.
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Además, según cuentan fuentes solventes, algunos empresarios españoles también habrÃan asesorado al monarca sobre aspectos económicos de la transición.Â
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Es verdad que Marruecos lleva la delantera a muchos paÃses de la zona en reformas liberalizadoras, pero también es cierto que la velocidad que se imprime a los cambios no es para marearse.
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La privilegiada relación que Rabat tiene con la Unión Europea, siempre alentada por España, exige que el Soberano marroquà acelere la marcha, tanto en el respeto de los derechos humanos y la libertad de prensa, como en contar con un sistema fuerte de partidos polÃticos y en ofrecer mayores garantÃas jurÃdicas a los inversores extranjeros.
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