El próximo mes de julio está previsto que abandone su cargo el actual delegado especial del Ministerio de Asuntos Exteriores en el Campo de Gibraltar, el diplomático Julio Montesino, quien, durante ocho años y medio ha sido la persona que más de cerca ha seguido los asuntos relacionados con el Peñón.
Según informa la web especializada The Diplomat in Spain, Montesino, de 58 años y con una amplia experiencia diplomática en distintos puestos en el exterior, se hará cargo en agosto del Consulado General en Pau (Francia). Por el momento, no ha trascendido quién será su sustituto, en un puesto que puede adquirir mayor importancia cuando se van a intensificar las negociaciones del Reino Unido con la Unión Europea para abandonar el club comunitario, de las que los gibraltareños están especialmente pendientes, por las repercusiones que tendrá para su modelo de vida.
Montesino fue nombrado para el cargo en octubre de 2008 por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, con el objetivo de seguir más de cerca las actividades que se desarrollan en Gibraltar y las relaciones de la colonia con las localidades de su entorno. Recuperó así una figura creada en los últimos años del franquismo, pero que desde mediados de los ochenta no se había cubierto y sus funciones eran desempeñadas por una persona que no pertenecía a la Carrera Diplomática, Esteban Bravo, que aunque tenía su oficina en Algeciras, también disponía, por razones familiares, de casa en el Peñón.
Montesino instaló, igualmente, su oficina en Algeciras y, desde allí ha realizado un detallado seguimiento de la situación en Gibraltar, a donde acude con frecuencia y mantiene discretos contactos con las autoridades de la colonia, siempre siguiendo las instrucciones de Exteriores y especialmente de la Oficina encargada de los asuntos de Gibraltar, que dirige Antonio García Ferrer.
Durante los primeros años, su actividad estuvo relacionadas con la marcha del Foro Trilateral de Diálogo (España, Reino Unido y Gibraltar) puesto en marcha por el entonces ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. En 2012, con la llegada del PP al Ejecutivo, y también con la de Fabian Picardo al Gobierno de Gibraltar, la labor de Montesino, a quien el nuevo ministro, José Manuel García-Margallo, ratificó en el cargo, se tornó algo más complicada porque, además de que el Ejecutivo español dio por enterrado el Foro Trilateral, aumentó la tensión y se sucedieron los incidentes.
En cualquier caso, durante estos ocho años y medio, la antena de la que ha dispuesto el Gobierno en la zona ha sido su delegado especial. Montesino ha podido seguir muy de cerca todo lo que ha ido sucediendo en Gibraltar, incluidas sus actividades económicas, los controles en la Verja -con largas colas de vehículos durante una temporada-, los problemas con los pesqueros españoles o los frecuentes incidentes en las aguas que rodean el Peñón, que tanto el Reino Unido como España consideran como propias.
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