El Gobierno y la nuevas oportunidades en Europa

Escribo estas líneas, a propósito, antes de que se conozcan los resultados de las elecciones, porque lo que quiero decir es válido, sea cual sea el mapa político que se dibuje. En el momento en el que la Unión Europea se enfrenta a una de sus crisis más serias, España necesita un Gobierno sólido y convencido de que el futuro del país está vinculado a Europa.

Con la salida del Reino Unido de la Unión Europea, se van a producir cambios en el panorama, que van a afectar a España. En algunos  caso, esos cambios pueden ser perjudiciales, pero se abren también nuevas oportunidades, más allá de la que afecta a la reclamación sobre Gibraltar.  De entrada. España ascenderá un puesto en el ranking de las economías del club comunitario. Ello va a exigir que nuestros gobernantes adopten en los Consejos Europeos una actitud conforme a ese nuevo estatus, y que tengan en cuenta que sus posiciones pueden ser más determinantes a la hora de los equilibrios.

La incertidumbre electoral ha provocado una disminución de la presencia de España en la toma de decisiones europeas. No podemos permitirnos estar otros seis u ocho meses, como hemos estado, con un perfil bajo cuando se van a tener que tomar decisiones importantes en la negociación del Brexit.

El presidente del Gobierno que acuda a Bruselas no puede ser alguien en precario, pendiente de perder, al menor desacuerdo, los apoyos que haya podido fraguar con dificultad en el interior. Tampoco alguien que considere el proceso de integración europea como una traba para sus pretensiones populistas.

Si la aritmética no permite un Ejecutivo fuerte, al menos será preciso alcanzar un consenso para abordar con sentido de Estado los asuntos europeos.

Por otra parte, a España se le presente la oportunidad de convertirse en un socio firme de Estados Unidos, donde la decisión británica de abandonar la Unión Europea no ha sentado nada bien.

José Luis Rodríguez Zapatero echó por tierra los esfuerzos que hizo José María Aznar para que Washington viera en nuestro país el otro gran aliado europeo, tras el Reino Unido. En los últimos años, la relación se ha recompuesto en gran medida y, aunque, a pesar de todo, la conexión británico-estadounidense no va saltar por los aires, España puede llegar a ser la referencia más importante de Estados Unidos dentro de la UE.

La próxima visita de Barack Obama a Madrid va a estar marcada previsiblemente por la nueva situación que vive Europa y aunque no sea el quien ocupe la Casa Blanca en los próximos cuatro años, su estancia adquiere un especial interés. Sobre todo si Hillary Clinton se convierte en su sucesora. Si es Donald Trump quien se alza con el triunfo, todo, naturalmente, resultará más imprevisible.