Los últimos desplazamientos al extranjero del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo tienen un denominador común, que es el gran contenido económico de los mismos. Hace escasamente un mes, el destino fue el sudeste asiático; la pasada semana, la vecina Argelia; y la última Emiratos Árabes y Kuwait, en esta ocasión acompañando a Su Majestad el Rey, en lo que es el comienzo de una diseñada gira por el Golfo Pérsico, que le llevará también a Omán, Bahrein, Arabia Saudí y Qatar.
La apertura o la consolidación de mercados en esas tres zonas del mundo, con distintas características en cada una de ellas, es un objetivo del Gobierno, que agradecen las empresas españolas. La entrada en algunos países resulta mucho más fácil si en ellos se sabe que cuentan con el respaldo de las autoridades españolas. La consecución de los contratos es cosa de cada una de las compañías, pero es buen sabido que, muchas veces, se precisa un empujón político. Recuérdese el importante papel desempeñado por el Rey para inclinar a los dirigentes de Arabia Saudí a adjudicar a un consorcio español del tren de Alta Velocidad entre Medina y La Meca, por valor de 6.700 millones de euros.
Relevantes empresas acompañaron a García-Margallo en su viaje a Filipinas, Vietnam y Malasia, donde su presencia es todavía pequeña, pero donde se han abierto algunas posibilidades para firmas de ingeniería, infraestructura, energía o construcción naval y aeronáutica.
En Argelia, el ministro participó en un foro empresarial hispano-argelino y recibió la oferta de las autoridades de ese país de que empresas españolas puedan participar en el ambicioso plan de construcción de 200.000 viviendas. Además, la visita se produjo en un momento muy oportuno, porque España, que es el principal socio comercial de Argelia, de quien recibe casi la mitad del gas que consume puede convertirse en la puerta del suministro gasístico a Europa, si se cumplen los peores pronósticos sobre la posibilidad de que Rusia frene el envío de gas a través de Ucrania.
En los Emiratos y en Kuwait, a donde también han viajado acompañando al Rey, otros tres ministros –Defensa, Fomento e Industria– una quincena de empresas españolas, entre las que están algunas de las más importantes del Ibex, aspiran a otros tantos importantes contratos. De hecho, al comenzar el viaje de Don Juan Carlos, el Ministerio de Fomento anunció que, Ineco, junto a Aena, se ha adjudicado el proyecto de puesta en explotación de la nueva terminal del Aeropuerto Internacional de Abu Dhabi, un contrato con un presupuesto máximo de ejecución de 12,5 millones de euros a desarrollar en los próximos 4 años.
La Exposición Universal de Abu Dhabi de 2020 para la que las autoridades emiratíes han previsto un desembolso de 20.000 millones de dólares en numerosos proyectos, es uno de los grandes objetivos de este viaje para los empresarios españoles, que, en distintas ocasiones han venido reclamando al Gobierno el respaldo político que ahora parecen estar recibiendo.
Apoyar a las grandes empresas españolas en sus salidas a otros países, en unos momentos de crisis económica, es una buena inversión, de la que deberían poder beneficiarse también las pequeñas y medianas empresas, siempre más limitadas en sus capacidades a la hora de proyectarse al exterior.
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