España en funciones

Dos nuevos hechos que tiene que ver con la política exterior vienen a subrayar la necesidad que tiene nuestro país de contar pronto con un Gobierno estable. Obviamente, las consecuencias que para nuestra imagen exterior tiene el bloqueo político que vivimos no son las que más preocupan a los españoles, pero no dejan de tener su importancia.

Uno de esos hechos es la repetición de otros similares vividos desde que se celebraron las elecciones del 20 de diciembre: el aplazamiento de una visita de Estado de Sus Majestades los Reyes. En realidad de dos, porque el desplazamiento que Don Felipe y Doña Letizia tenían previsto hacer a mediados de abril incluía Japón y Corea del Sur, dos importantes países asiáticos en los que España ha venido esforzándose en los últimos años en aumentar su presencia.

Japón y Corea del Sur se unen a Reino Unido y a Arabia Saudí, en la lista de países que se quedan sin recibir la visita de los Reyes como estaba programado, aunque solo se había anunciado oficialmente en el caso británico. El motivo: la incertidumbre sobre la capacidad de los partidos políticos para ponerse de acuerdo y formar un nuevo Gobierno.

El argumento oficial es que, mientras haya un Gobierno en funciones, no parece conveniente que los Reyes hagan visitas de Estado. Los detractores de esa idea subrayan que ni el Estado ni la Corona están en funciones, y que se podría haber buscado la manera de mantener los viajes.

Los buenos usos diplomáticos llevan a las autoridades de los países afectados a decir que comprenden los motivos, pero la realidad es que ni en Riad, ni en Londres, ni en Tokio ni en Seúl la decisión ha sentado nada bien y no sólo por los trabajos de preparación que han resultado inútiles. Buscar otras fechas para el viaje puede ser problemático en algunos casos, sobre todo en el Reino Unido y en Japón, donde los Soberanos son de edad avanzada y reducen mucho sus compromisos.

Otra de las situaciones que deja al desnudo los problemas de no contar con un Gobierno estable es la crisis de refugiados a la que se enfrenta la Unión Europea. La diversidad de opiniones en en seno de la UE es palpable y España corre el peligro de quedar en tierra de nadie, si el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, no es capaz de alcanzar un consenso parlamentario que le permita sumarse a un acuerdo con Turquía en el Consejo Europeo del día 17.

Las presiones del resto de los partidos sobre el Ejecutivo en este punto son importantes y pueden ponerse de relieve un día antes, el miércoles, cuando el secretario de Estado para la UE, Fernando Eguidazu, comparezca ante la Comisión Mixta para la Unión Europea, para informar a los grupos parlamentarios de la posición que quiere llevar España a la cumbre europea.

Por más que el Gobierno se haya estado esforzando en defender un acuerdo que de garantías de que no habrá devoluciones en masa y de que no se conculcará el derecho de asilo de los refugiados, puede encontrarse con el rechazo de algunos grupos, lo que llevaría a Rajoy a verse en la necesidad de bloquear un hipotético acuerdo con los turcos.

España se convertiría, en ese caso, en el protagonista de una situación que no haría más que agravar el problema y sería cada vez más difícil hacer entender a otros países que más que el Gobierno es España la que está en funciones.