Kazajistán y sus 15 millones de habitantes están a algo más de 6.000 kilómetros de España. Es una buena distancia, pero tampoco se encuentra al otro lado del mundo y, en los últimos tiempos, está dando muestras de que quiere contar con España para hacer negocios. Varias empresas españolas, como Talgo, Indra, Repsol, Airbus Military, Maxam, Gas Natural, Imabe Ibérica o Inditext están allí presentes –algunas desde hace bastante tiempo- y los kazajos se muestran satisfechos. El reto, tal vez, sea conseguir que pequeñas y medianas empresas españolas miren también hacia un país que, si duda tiene sus peculiaridades, pero que parece ofrecer bastante seguridad jurídica.
El presidente kazajo, Nursultán Nazarbayev, consiguió reconvertirse, de representante de la Unión Soviética en esa república, en presidente del país que alcanzó la independencia en 1991. Desde entonces, los kazajos, que ven su imagen por todas partes, no han conocido otro jefe de Estado, porque Nazarbayev controla hábilmente los resortes del poder y sus opositores no han conseguido hacerle la más mínima sombra.Nazarbayev siempre ha mostrado una gran simpatía hacia España y particularmente hacia Su Majestad el Rey. El pasado mes de febrero hizo su última visita a Madrid y fue recibido por Don Juan Carlos y por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a quien invitó a visitar Kazajistán. Durante esos días, se conoció la decisión de Kazajistán de comprar ocho aviones C-295 destinados al transporte militar y por importe de 240 millones de euros. Al menos dos de ellos ya han sido entregados por Airbus Military.
Estos días ha estado en España, enviado por Nazarbayev, el ministro de Asuntos Exteriores, Erlan Idrissov, quien también ha sido recibido por el Rey, además de por su colega español, José Manuel García-Margallo, y que se ha ocupado de recordar a las empresas españolas que su país, además, puede ser una buena plataforma para crear sociedades conjuntas y actuar en los mercados ruso y chino.
El eco en los medios de comunicación de estas visitas de las autoridades kazajas queda apagado por las informaciones sobre la crisis económica y los asuntos varios de corrupción. Sin embargo, Kazajistán ofrece grandes oportunidades a las empresas españolas en áreas que allí se consideran prioritarias como la maquinaria, la petroquímica, las infraestructuras –incluidos transportes ferroviarios-, la agroalimentación, el turismo o las energías renovables. Precisamente, en este último sector, la empresa de consultoría e ingeniería Eptisa fue elegida hace escasamente un mes para desarrollar el plan de energías renovables de Kazajistán. Además, se mantienen contactos con Gamesa y Acciona.
En una entrevista que mantuve hace unos meses con el antecesor de Idrissov en el cargo, Yerzhan Kazykhanov, éste expresaba una velada queja: los empresarios españoles no vienen apoyados por su Gobierno como hacen los franceses y otros. Si se cumple la previsión de que Rajoy viaje a Kazajistán en otoño, este sería un asunto que debería cuidar. Un viaje del jefe del Ejecutivo a ese país –preferiblemente acompañado por empresarios- debe tener como principal objetivo el incremento de los intercambios económicos y allanar el terreno para que aumenten las inversiones españolas.
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