Rusia refuerza sus relaciones económicas con el Sudeste de Asia

Rusia es una nación euroasiática, desde el punto de vista geográfico, como prueba el hecho de que dos tercios de sus territorios se encuentren en Asia.

Sin embargo, Rusia era, hace diez años, un jugador exógeno al continente asiático, por lo que Asia era un mercado que representaba solamente un tercio del total de su balanza comercial internacional.

Los mercados de Asia son, a fecha de septiembre de 2023, el 70% del total del comercio internacional de Rusia.

Rusia es, en la actualidad, un país cuya economía está integrada plenamente en la asiática, a través de múltiples acuerdos de libre comercio, de una malla de rutas logísticas y de marcos económicos y comerciales bilaterales.

Si, en 2022, Rusia aprendió, por necesidad, cómo vender más en Asia, Rusia está aprendiendo, desde 2023, por voluntad propia, a comprar más de Asia, ya que sus importaciones de ese continente crecen sin parar.

Japón es, dentro de este panorama, un caso singular porque, si bien Tokio participa del régimen de sanciones occidentales contra Rusia, impuesto después de febrero de 2022, lo hace con el cuidado suficiente como para proteger los proyectos energéticos en marcha entre los dos países, que son tan críticos para los nipones.

La región del Sudeste asiático no es monolítica y Rusia ha sabido establecer una aproximación hacia ella que está diseñada a medida de cada país, de sus necesidades y de sus restricciones internacionales.

Singapur es el único país de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático –Association of Southeast Asian Nations (ASEAN), en inglés- que se sumó a las sanciones occidentales contra Rusia, algo que no hizo ninguno de los otros nueve miembros -Birmania, Brunéi, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Tailandia y Vietnam- de esta organización.

El valor del total del comercio entre Rusia y los países miembros de ASEAN fue, en 2022, de $15,5 millardos, registrando un descenso sobre años anteriores.

Sin embargo, las exportaciones rusas de petróleo -siendo Singapur un gran cliente de éste-, de fertilizantes -Rusia se ha convertido en el tercer exportador mundial de fertilizantes al Sudeste asiático- y de acero hacia los países de ASEAN se han incrementado.

Por encima de lo anterior, Rusia se ha convertido, de forma muy significativa, durante el período que va de 2015 a 2022, en el mayor suministrador de equipos militares a esta región.

Rusia, a pesar de toda la presión internacional que Washington ha ejercido contra ella, desde 2022, ha superado a Estados Unidos (EE. UU.) en este rol de proveedor de seguridad para aquella región y, en 2023, el 21% de todas las exportaciones mundiales de material bélico ruso van dirigidas a Asia, siendo Birmania y Vietnam los receptores del 88% de todas ellas.