China y Rusia, “una relación sin límites”

China y la Federación de Rusia han establecido una asociación muy estrecha durante los últimos años.

Los orígenes de esta relación se encuentran en la declaración conjunta, que, en abril de 1997, los gobiernos de ambos países realizaron sobre “un mundo multipolar y el establecimiento de un nuevo orden internacional”.

Dicha posición fue firmada, en Moscú, por Jiang Zemin, presidente de China, y por Boris Yeltsin, presidente de Rusia.

Años después, Xi Jinping, presidente de China, declaró, durante su visita de Estado a Moscú, del 20 al 22 de marzo de 2023, que “nosotros [Rusia y China] estamos impulsando los cambios que se están produciendo en el mundo”.

Xi ha afirmado, también, en otra ocasión distinta de la anterior, que China “se está moviendo hacia el centro del escenario de la política mundial”.

Rusia y China comparten un número significativo de principios sobre el destino hacia el que se dirige la política internacional, que incluyen su diagnóstico sobre el fin del mundo unipolar, es decir, con otras palabras, el fin de Estados Unidos (EE. UU.) como la fuerza que lidera el planeta, y ambos países aspiran a colaborar en el establecimiento de esferas de influencia regionales propias, para lo que están dispuestos a ayudarse mutuamente.

Por último, la relación personal entre Xi y Putin es muy cercana en lo personal, como se puso en evidencia, de nuevo, durante la visita de Xi al presidente ruso a Moscú, durante el pasado mes de marzo.

En definitiva, la relación entre China y Rusia es duradera, sobrevivirá a la desaparición natural de los liderazgos de Xi y de Putin en sus países respectivos y no es esperable que surjan divergencias entre los dos países hasta, como mínimo, 2030 o, incluso, más allá.