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Blogs Salsa de chiles por Carlos Maribona

Algunas pistas en Sevilla

Algunas pistas en Sevilla
Carlos Maribona el

La entrega de los primeros premios gastronómicos de ABC de Sevilla ha sido un motivo perfecto para darme una breve vuelta por la capital andaluza y conocer sobre el terreno algunos de los sitios que están marcando tendencia en la ciudad. Siempre con un anfitrión de primera, Álvaro Rodríguez Guitart, gerente de ABC Andalucía y gran conocedor de lo que se cuece en Sevilla.

Muy bonito el acto de entrega de esos premios GURMÉ que desde este año concede ABC de Sevilla a los restaurantes de la ciudad y de la provincia en una doble categoría, una por voto popular y otra por decisión de un jurado especializado. Muchísima gente y presencia de los principales cocineros y propietarios de bares y restaurantes sevillanos en un acto apadrinado por Ricardo Sanz, de Kabuki, y en el que también tuve una pequeña participación. Se presentó además la nueva web gastronómica de ese periódico, también llamada Gurmé, y que va a ser un referente fundamental para estar al tanto de lo que ocurre en la gastronomía sevillana en particular y en la andaluza en general.

Foto de familia de la entrega de premios Gurmé de ABC de Sevilla

Estos fueron los premiados en esta primera edición:

Mejor bar de cocina tradicional: YEBRA (jurado) y EL RINCONCILLO (popular).Mejor bar de cocina creativa: TRADEVO (jurado) y OVEJAS NEGRAS (popular).Mejor restaurante tradicional: ER CASERÍO (jurado) y BECERRITA (popular).Mejor restaurante de cocina creativa: TRIBECA (jurado) y ESLAVA (popular).Mejor restaurante de cocina extranjera: PORTA ROSSA (jurado) y AMOR A LA MEXICANA (popular).Mejor apertura de 2015: LUZ DE MAR (jurado) y PERRO VIEJO (popular).

Y vamos ya con el recorrido, breve pero intenso, por distintos establecimientos de la ciudad. De los que no conocía me voy a quedar, sobre todo, con dos: TRADEVO y LA AZOTEA, aunque hubo otras cosas interesantes.

Sardinas marinadas, Tradevo

TRADEVO. Magnífica impresión en esta casa. Situada en una zona poco habitual, algo alejada del centro, sin embargo se llena a diario. No me extraña. Un concepto de taberna actual con muy buen género y muy buena mano para tratarlo. Las delicadísimas sardinas marinadas con pimientos asados, y los boquerones al limón presentados en un cartucho (una tapa que según me cuentan está siendo muy imitada últimamente en Sevilla) son sus dos grandes especialidades. Buenísimas ambas.

Cartucho de boquerones al limón, Tradevo

Pero estaban igual de ricas las otras cosas que probamos. Impecables huevas de merluza a la plancha, sabroso calamar de potera también a la plancha o unos mejillones franceses con salsa al curry para mojar mucho pan. Me quedé con ganas de repetir visita y probar más cosas. Muy recomendable. Pueden ver su oferta en la foto que encabeza esta entrada.

Coquinas con alcachofas, La Azotea

LA AZOTEA. Hay cuatro en Sevilla. Nosotros estuvimos en la de la calle Jesús del Gran Poder. Otro sitio que me dejó una excelente impresión. Ya desde las vitrinas de la barra, donde se expone un género de calidad, o la oferta de vinos por copas, recogida en una pizarra, con generosos de mucho nivel. Me gustaron especialmente las coquinas con alcachofas, un guiso que nunca había probado y que funciona muy bien.

Mero frito, La Azotea

Muy bueno el revuelto de ortiguillas, una forma amable de comer estas anémonas marinas cuya textura no gusta a todos. Perfectas las patatas paja que acompañaban al revuelto. Reseñable por poco habitual. Flojas sin embargo las croquetas, cremosas y bien fritas pero sin sabor. Una pena. Y estupendo un mero de pequeño tamaño frito, sabrosísimo, perfecto de punto. Otra taberna moderna que hay que llevar en la agenda cuando visiten Sevilla.

Tartar de carabinero y tuétano, Tribeca

TRIBECA. Fue la única comida “formal” de estos días, con la buena compañía de Ricardo Sanz. Había oído hablar mucho y bien de esta casa cuyo cocinero y propietario es Pedro Giménez, junto a su hermano Eduardo, que ejerce como sumiller. Un restaurante elegante, muy bien montado, en el que manejan un excepcional producto. Sin embargo la experiencia no estuvo a la altura de lo que esperaba (ya saben aquello de las expectativas…). Así, tras un excelente tartar de carabineros y tuétano, idea muy acertada para un gran plato, llegó un tiradito de abadejo falto de aliño. Lástima porque el pescado era muy bueno, pero tuvimos que pedir aceite de oliva y soja para que Ricardo Sanz improvisara un aliño que le aportara sabor. La mejora fue evidente.

Besugo de Tarifa a la espalda, Tribeca

También era de mucha calidad el besugo de Tarifa que pedimos para tres. Lleno de huevas, que estaban impresionantes. Pero de nuevo la cocina no estuvo a la altura de la excelencia del pescado. Algo pasado de punto y en algunas zonas con un exceso de sabor a humo, fruto de su paso por la parrilla de carbón. Destacables el servicio de sala y la completa bodega de la casa. Tengo que volver.

Espinacas con garbanzos y pan frito, Abacería de San Lorenzo

LA ABACERÍA DE SAN LORENZO. Cada vez que paso por Sevilla no tengo más remedio que darme una vuelta por esta abacería donde Ramón y Carmen, su mujer, hacen sentirse a los clientes como si estuvieran en su casa. Y además les dan de comer de maravilla. En esta ocasión, una breve cena que incluyó tres fijos de esta época de Cuaresma: los garbanzos con bacalao, las espinacas con garbanzos y pan frito, y las torrijas. A cual mejor. Unan a ellos una larga charla con Ramón, siempre interesante. Y la satisfacción de encontrar allí sidra asturiana, que sirven con un escanciador de esos de mesa. Para la próxima visita quedan el resto de platos que dan fama a esta casa y que tanto me gustan. Un fijo.

Tataki de vacuno, Petit Comité

PETIT COMITÉ. Fuimos después de Tradevo y tal vez eso influyó en su contra. Aún así, no está nada mal esta taberna moderna sevillana, si bien con una oferta más irregular. Buena ensaladilla rusa, a la que le ponen un poco de mostaza pese a lo cual se echa en falta algo más de intensidad. Agradables las delicias de pato, un foie gras envuelto por magret, a modo de fiambre, algo complicado de comer. Sabroso pulpo con un parmentier trufado y huevo. Y muy bien el tataki de vacuno, con carne de calidad y en su punto. Sin embargo, decepción con una versión de los garbanzos con espinacas andaluces, con las espinacas en crema (a la francesa) y los garbanzos muy enteros. Flojito. Buena oferta de manzanillas, algo no muy habitual por Sevilla, donde casi todo suele ser sota, caballo y rey.

Gamba blanca, La Espumosa de Buhaira

LA ESPUMOSA DE BUHAIRA. Una cadena de cervecerías que tiene cinco locales en Sevilla. Estuvimos en el de La Buhaira, en la avenida del mismo nombre. Y muy bien. Sólo por las gambas blancas cocidas, que me decía Ricardo Sanz que eran las mejores que había comido en mucho tiempo, ya valía la pena pasar por allí a la hora del aperitivo. Sumen unas ortiguillas de calidad y bien fritas. Buena dirección.

Montadito de pringá, Casa Moreno

CASA MORENO. En la céntrica calle Gamazo, con su aspecto de antigua tienda de ultramarinos, es un sitio más que recomendable para desayunar a la sevillana. En la trastienda, con las paredes llenas de notas que hay que leer una a una porque todas contienen reflexiones que hacen pensar (“Aquí no hay wifi, pueden hablar entre ustedes”), hay una barra en la que disfrutar con sus montaditos (o con medios, para probar más). Un cafetito en vaso, un vaso de agua y el montadito que se elija. Por ejemplo el de pringá, o el de tortilla con chorizo picante. La Sevilla más auténtica.

DeO’. Como estábamos en la calle Jesús del Gran Poder entramos en esta otra taberna moderna que, comparada con las demás que visitamos, no me llamó especialmente la atención. Me gustó, eso sí, su caballa ahumada con salsa de espinacas y algas. Y uan razonable oferta de vinos por copas.

P. D. Recuerden que estamos en Twitter: @salsadechiles

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