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Blogs Salsa de chiles por Carlos Maribona

Alameda, el gran asador de La Rioja

Se come muy bien en el restaurante de Tomás Fernández y Esther Álvarez en Fuenmayor

Alameda, el gran asador de La Rioja
Chuleta de vaca gallega
Carlos Maribona el

Es uno de mis fijos en La Rioja. Apenas a doce kilómetros de Logroño, en Fuenmayor, está uno de los grandes restaurantes riojanos: ALAMEDA. Un asador donde la calidad del producto está por encima de todo. Tomás Fernández, el propietario, es un maniático de la materia prima de calidad. Él maneja personalmente las parrillas, visibles desde el comedor de la planta baja (hay otro en la superior) y donde asa excelentes chuletas de carne roja y pescados fresquísimos. En mi recuerdo un rodaballo de dos kilos que llegó hace unos años a la mesa en su punto, bien jugoso, con esa gelatinosidad que sólo tienen estos peces cuando son de mucha calidad. Las chuletas tienen merecida fama. Se las compra desde hace tiempo a Luismi Garayar y salen al comedor jugosas y en su temperatura exacta. Carnes de vacas viejas gallegas, sometidas a maduraciones cortas porque Tomás opina que lo que ganan en ternura con una maduración más larga lo pierden en sabor.

Tomata con anchoa y ventresca

Su mujer, Esther Álvarez, se ocupa de la cocina, de la que salen platos impecables, especialmente de verduras de temporada (en primavera imprescindibles los espárragos), muchas de ellas cultivadas en la propia huerta familiar; y guisos de primera como las patitas de cabrito a la riojana o los callos y morros. Cocina de siempre, perfectamente ejecutada, y acompañada por vinos riojanos de la extensa carta en la que está representadas todas las grandes bodegas de Rioja.

Panaché de verduras

Visito La Rioja bastante menos de lo que me gustaría, pero este Alameda es siempre parada obligada. Tomás y Esther son, además de buena gente, magníficos anfitriones que derrochan amabilidad con sus clientes. Clientes que, por cierto, abarrotan los dos comedores (uno en la planta baja y otro en el piso superior) tanto a mediodía como por la noche. Entre ellos, numerosos bodegueros de la zona que eligen esta casa para agasajar a sus invitados. Mientras se repasa la larga carta de vinos, con las bodegas riojanas por orden alfabético, abrimos boca con unas croquetas de jamón ibérico que borda la cocinera.

Hongos salteados

Para empezar la comida estupenda tomata, en plena temporada, de la huerta de los propietarios. He vuelto a comprobar la calidad de estos tomates gracias a los que me he traído a Madrid por un muy amable detalle de Esther y Tomás que me dieron algunos (además de unos pimientos rojos de lujo para asar y otros verdes para freír). Sobre la tomata, ventresca y una anchoa muy bien seleccionada. Era una recomendación del día. Como lo eran unos hongos salteados, los primeros de la temporada, oportunidad que no lógicamente no dejamos pasar Laminados. Buenísimos.

Lechecillas de cabrito

Y las verduras. Otro fijo del Alameda. Obviamente no estamos en primavera, pero hay las suficientes como para que Esther nos preparara un estupendo panaché con judías verdes, borraja, pimiento rojo y alguna otra, con su correspondiente huevo duro. Otra muestra de la gran mano de la cocinera. Las lechecillas de cabrito, rebozadas y fritas, son otro de los platos que no hay que perderse en esta casa. Tan buenas como siempre. Y para rematar, una chuleta seleccionada por Tomás, con un aspecto magnífico en crudo y que respondió plenamente a las expectativas. Perfecta de punto y temperatura y con un gran sabor.

Leche frita

Siempre hay que dejar aquí un hueco para los postres, sobre todo para dos: esa leche frita que se fríe al momento y llega templada (y muy rica) a la mesa, y una tarta de queso que es pura crema, a la altura de las mejores de España. Me gustan menos los higos con chocolate, demasiado contundentes. Y con el café, una fuente de rosquillas de masa frita que apetece pedir que nos pongan en una bolsa para llevar a casa. Qué buenas. Perfecto remate para una gran comida que acompañamos con un Sierra Cantabria Colección Privada 2018 de la familia Eguren y que estuvo a la altura. Una casa para repetir y repetir.

Tarta cremosa de queso
Restaurantes Españoles

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