Buena semana gastronómica, que empezó el lunes en Córdoba, como ya les conté en el post anterior, y tuvo etapas de las que les he hecho comentarios en el mismo post: en SANTCELONI (espléndida, el mejor restaurante de Madrid) y EL PATIO DE LEO (una dirección muy recomendable). Pero hay otra comida de la que no les he hablado y tuvo un especial interés.
Fue el almuerzo mensual de la Academia Madrileña de Gastronomía, que celebramos el martes en una de las direcciones más interesantes de Madrid, la TABERNA LAREDO. Lugar dónde se come muy bien y se rinde culto al vino. La única lástima es su reducido comedor. Menú monotemático en torno a la gamba roja. Empezamos con un carpaccio de tres orígenes (Santa Pola, Garrucha y Carboneras) junto a un tartar de príncipe, ese espectacular carabinero que se pesca en aguas del Puerto de Santa María. La idea era comparar más gambas, pero por el temporal fallaron las de Palamós y Denia. Conclusión, más fina la gamba de Santa Pola, más sabrosa la de Garrucha (Almería). Las regamos con un champán JACQUES SELOSSE BRUT.
Seguimos con una aceptable ensalada de gamba roja, eclipsada por el vino que la acompañaba: otro champán, en este caso el BILLECART SALMON, mi rosado favorito.
Luego, unas gambas rojas de Santa Pola a la plancha, excelentes (y muy bien de punto, todo hay que decirlo) que acompañamos con un peculiar albariño criado en barrica, SKETCH, del que sólo han salido al mercado 900 botellas y que parece que no se volverá a elaborar. Vino curioso pero nada más.
Luego, un arroz con gamba roja realmente bueno, con un tinto MONCERBAL 2002, otro vino escaso (1.200 botellas) que elabora Álvaro Palacios con mencía en El Bierzo. Nos falló una botella, pero estaba muy bien.
Y cerramos el homenaje con un guiso de los que tan bien preparan en Laredo, en este caso de pochas con gamba roja. Espléndido, perfectamente acompañado por unos magnum de DOMINIO DE VALDEPUSA PETIT VERDOT 2000, también espléndido. La organizadora de la comida fue Xandra Falcó, gran enóloga, hija del Marqués de Griñón y responsable por tanto de este último vino.
No había previsto postre, pero nos trajeron unas cajas de chocolates de MICHEL CLUIZEL, elaborados con cacao procedente de diversas partes del mundo. Pueden ver su página web, pero no les doy más datos porque les voy a dedicar un próximo post. Lo merecen.
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