Como saben hoy hemos tenido en GandÃa una comida bloguera. No soy muy partidario de estas reuniones, pero el bloguero Papitón habÃa organizado un homenaje a Ricardo Camarena (en la foto) por su recién concedida estrella Michelin, y como estoy convencido de que en estos momentos es uno de los grandes cocineros valencianos, y asà lo he escrito reiteradamente en este blog y en ABC, he querido sumarme al homenaje. Viaje relámpago de ida y vuelta desde Madrid, pero ha valido la pena. Éramos 12 en la mesa de ARROP, con tres blogueros habituales (Papitón, Altolaguirre y Eric V) nuestras respectivas mujeres y algunos invitados, lectores todos del blog. Comida muy cordial y amena que se ha prolongado hasta cerca de las 8 de la tarde. Me han regalado, firmado por todos, el interesante y completo Almanaque Gastronómico de la Comunidad Valenciana, editado por Ruzafa.
Ricardo nos ha preparado un menú especial, según él el más largo que ha hecho nunca, bien acompañado con unos vinos muy bien seleccionados por su mujer, Mª Carmen.
Empezamos con cuatro pequeñas tapitas: pan con tomate (divertida versión con agua de tomate y migas de pan frito); espencat (berenjena con bacalao); pastelito de boniato y foie (la más floja); y torta de la serena con anchoa y consomé de gallina (muy sabrosa). Luego uno de mis platos favoritos del pasado año, el capuccino de alcachofa, ajos y panceta, que sigue siendo espléndido. Este bloque lo regamos con La Bota de Fino Marchanudo Alto (bota nº 7)
Seguimos con tartar de bonito marinado con gel de ensalada valenciana y migas de aceituna (bueno, pero algo escaso de sabor); y pescadilla a la llama en salazón con patata chafada y jugo de judÃa verde (gran punto del pescado y perfecto equilibrio de sabores). Con un champán Egly Ouriet Les Vignes de Vrigny.
Calamar con una falsa sangre encebollada (en realidad hecha con trompetas de la muerte) en caldo de fesols y naps. Uno de los platos del menú. Y guisantes y cebolletas en caldo de clóchinas (mejillones), intenso el sabor de los guisantes. Muy bien acompañado con un Ferreiro Cepas Vellas 2005, espléndido.
Parmentier de nabo, pulpo y trufa (muy buena combinación); arroz de clorofila de acelgas y gamba roja con emulsión de limón (lo más flojito del menú, el arroz no estaba en su punto y todo muy justo de sabor); cigala de fuerza a la plancha con fideos de su ajillo (todo lo contrario, puro sabor, perfectos los fideos, otro gran plato). Para beber Pedrouzo 2005, un godello que sólo se embotella en mágnum. No lo conocÃa pero me ha gustado mucho.
Lubina con boniato, pimienta y limón (magnÃfico el pescado, una pieza de 7 kilos, algo más discutible la combinación de ingredientes). Con la lubina un riesling Donnhoff Dellchen 2004 muy adecuado.
Pintada de dehesa con escabeche suave de trufas (muy suave y delicado de sabor); cabrito infusionado al carbón con cebolleta y berenjena a la llama (perfecto, se deshacÃa en la boca y con un gran sabor). Bebimos Casa Castillo Pie Franco 2005, un monastrell de viñas viejas de Jumilla con gran personalidad.
Aunque no estaba en el menú, pedimos probar otro arroz, que Ricardo hizo con gran rapidez: con pichón, setas y trufa. Con él nos quitamos la espina del anterior arroz. Puro sabor a campo. Perfecto.
Como postres (más flojos en general), calabaza asada con yogur y jengibre (no me ha dicho gran cosa); cuajada de chirivÃa con cereales y naranja (aceptable); mousse de galleta, fresa y coco (sabores de siempre); y café con leche agarrada, mantequilla y macadamias (el mejor, ya lo habÃa probado el año pasado). Con los postres, tres vinos diferentes: Marimin Grunhauser Abtsberg Kabinett 2005, riesling alemán de la región Mosel-Saar-Ruwer; Weingut Jungblut Beerenaulese 2005, y PX Ximénez-Spinola. Tres grandes vinos dulces.
Un menú muy equilibrado, con pequeñas sombras, especialmente en la parte dulce, y enormes aciertos. Estamos hablando de 20 platos. Hemos pagado 100 euros por cabeza (propina incluida). Un precio más que razonable para todo lo que comimos. Enhorabuena a Ricardo, a Mª Carmen y a todo su equipo.
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