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Blogs La fiebre del oro(.com) por Jon Oleaga

Unicornios, zombies y startups

Jon Oleagael

El mundo emprendedor, no el tradicional, sino el nuevo movimiento que está surgiendo, utilizando internet y las nuevas tecnologías por bandera, ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años. Hasta el punto, que la mayoría de las empresas y productos que usamos a diario, forman ya parte de él. Tal es el caso de Facebook, Airbnb, LinkedIn, Uber o GoPro, que hace diez años no existían. Sus fundadores han creado empresas, que se han terminado convirtiendo en casi un imperio, y lo han hecho, en casi todas las ocasiones, antes de cumplir los treinta años.

Son los nuevos héroes, un nuevo paradigma de empresario, hecho a sí mismo, con una idea brillante, desarrollada en el momento preciso y que les ha catapultado al éxito.

Esta fiebre, proveniente de Estados Unidos, también está llegando a España, y con ella también una nueva nomenclatura. Una nueva manera de denominar y clasificar las empresas o startups. Por ejemplo, las empresas unicornio, son aquellas empresas que contradiciendo toda razón económica, están valoradas en miles de millones de dólares. Sin tener un euro de beneficio, y muchas veces sin, ni si quiera, un producto sólido, su valoración está muy por encima de empresas con un funcionamiento “normal”. Pero eso sí, suelen tener unas cifras de gasto, equivalentes a las de un país pequeño. Todos recordaremos la compra de Oculus Rift por parte de Facebook por la increíble cifra de 1.000 millones de dólares, empresa que, ni si quiera, contaba con un prototipo de sus futuras gafas de realidad virtual. En las escuelas de negocio, te enseñan que el valor de una empresa, es el cúmulo de sus “cajas” futuras. Pero los unicornios, no funcionan así, sólo se estima su valor en base a expectativas, de ahí su nombre.

 

En cambio, las startups o empresas zombies, denominación, otorgada por los inversores, son aquellas que, simple y llanamente “sobreviven”. O lo que es lo mismo, son capaces de asumir sus gastos, incluso, conseguir algo de beneficio, pero no obtienen ese crecimiento que las hace “invertibles”, multiplicando clientes/usuarios por encima del doble cada año. Son empresas funcionales, pero no se convierten en estrellas. Y por muy feo que parezca, en una economía donde cuatro de cada cinco startups fracasan, ser un zombie, y sobrevivir pagando sueldos, no es nada malo, todo lo contrario.

Da igual cómo sea la startup, unicornio, zombie o estrella, existe una manera de clasificarla.

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