La semana pasada estuve en la central de Dolby en Londres, probando el increíble sonido para c ine “Dolby Atmos”, que busca el perfecto sonido de 360°.
Al fin y al cabo, el cine está cambiando. Busca ofrecer al espectador más valor para convencerle de que, acudir a la sala de cine, merezca la pena. Igual que la imagen a evolucionado hacia el 3D, el sonido va un paso más allá, y del 3D a pasado al sonido envolvente de 360º.
La sala en la que probamos “Dolby Atmos” estaba equipada con 36 altavoces. Pero, la gran diferencia la marcaban los altavoces del techo que son los que lograban el efecto 360 grados, dotando de altura a los sonidos, además de profundidad.
El sonido de las películas no se graba directamente en 3D. Son, los técnicos de sonido, los que sitúan el audio en el lugar donde quieren que se reproduzca, una vez que ya están en postproducción. Es decir, se trata de un proceso manual, asignando cada sonido a un lugar en una cuadrícula 3D, que representa el espacio en la sala de cine. Cada sonido se considera un objeto independiente, con su propia metadata. Después, es el procesador el que se ocupa de “leer” los metadatos de cada objeto para saber “dónde” tiene que reproducir cada sonido. En una sala de cine puede haber hasta 128 objetos concurrentes reproduciéndose al mismo tiempo.
Dolby quiere llevar esta tecnología también al hogar, pero evidentemente nadie tiene los 36 altavoces de los que dispone una sala de cine. Para ello, han desarrollado una tecnología llamada “spacial codding, para optimizar como se “entrega” ese sonido al espectador. Aquí todo el trabajo se encuentra en el renderizado, que es el que se ocupa de interpretar el sonido y su lugar en el espacio. Este nuevo sistema, a diferencia del 5.1, lo que hace es, comprobar qué altavoces están conectados, donde están situados, y buscar la mejor manera de representar ese audio envolvente en 3D.
El problema está en los altavoces del techo, una cosa es el cine, otra, instalarlos en el salón de tu casa. Ese “escollo”, Dolby lo ha resuelto estudiando cómo escuchamos los seres humanos, y cómo el cerebro interpreta que el sonido viene de arriba. Los seres humanos entendemos que un sonido proviene de encima de nuestras cabezas, por dos razones, porque llega a los oídos al mismo tiempo, y porque pierde parte de la alta frecuencia. Lo que ha hecho Dolby es imitar ese efecto con unos altavoces inclinados 45º, éstos dirigen el sonido hacia al techo desprovisto de las frecuencias altas, y “rebota” para llegar hasta nuestros oídos.
El efecto que pudimos probar en primicia, no tiene nada que envidiar al conseguido mediante altavoces instalados en el techo, y la diferencia, aunque está claro que existe, es casi imperceptible. En la sala donde hicimos las pruebas, montada como si se tratara de un salón convencional, tenían instalado un 7.1, y cuatro altavoces apuntando al techo, es decir, 12 altavoces de la marca KEF en total. Es el mínimo que considera Dolby necesario para conseguir el efecto de 360º.
En nuestro salón tampoco tendremos los 128 objetos de sonido simultáneos como en el cine, y para optimizar la capacidad del sistema de audio del hogar, los objetos cercanos se agrupan en uno.
Dolby ha lanzado ya cerca de 100 títulos con el sistema de sonido Dolby Atmos en salas de cine este año, como Guardianes de la Galaxia o Gravity. Todavía no sabemos qué títulos en Blueray podremos ver este año con esta tecnología, pero, convivirá con las anteriores de Dolby como el True HD o el Dolby Digital +.
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