La polémica está servida desde hace años en el mundo del videojuego, los famosos DLC o contenidos descargables de los juegos hacen estragos entre los fans. Para el que no lo sepa, los DLCs son aquellos contenidos que no se encuentran originariamente en el lanzamiento del juego, y se hacen accesibles mediante descarga de forma posterior. Generalmente estos DLCs suelen ser de pago, y van desde meros cambios estéticos, hasta nuevos capítulos tan grandes como el título original.
El problema es que existe una línea muy fina entre, lanzar nuevo contenido para un juego a los meses de salir para ampliarlo o renovarlo, como una expansión, y “trocear” un juego para venderlo por partes para cobrarle más al jugador. Si el juego original da la sensación de no estar completo o ser demasiado corto, lo más probable es que los jugadores se molesten. Es un tema muy sensible por el que la comunidad de jugadores puede dilapidar un videojuego en segundos, con mediación de un solo rumor.
Revisando las opiniones de Destiny 2, es fácil ver una comunidad de jugadores realmente decepcionada. Aunque la crítica especializada calificó a Destiny 2 con una buena nota, los jugadores no han sido tan indulgentes, vertiendo comentarios realmente duros contra el título, tanto las tiendas de Microsoft, como en Steam o Metacritic. Es cierto que Destiny 2 es un juego técnicamente impecable y divertido, pero que se hace muy corto. En menos de una semana, incluso un día de juego completo, es fácil acabar con todo el contenido y poner el personaje a su máximo nivel. Y eso, después de pagar prácticamente 60€ por un videojuego, sabe a poco. Y, además el primero de los dos DLC ha visto la luz a los pocos meses del lanzamiento original, probablemente demasiado pronto. De esa forma, parece que estamos ante un juego que no estaba completo en su lanzamiento y se ha ido lanzando troceado, con el único objetivo de hacer pagar al usuario un precio muy superior al acostumbrado de 60€ que suele costar un AAA, necesitando 100€ para que el juego esté completo.
El estudio Bungie ya pegó “el patinazo” con el primer Destiny que sus jugadores abandonaron en desbandada, y parece que vuelve a fallar de nuevo a su comunidad con esta distribución de contenido en DLCs.
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