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Blogs La fiebre del oro(.com) por Jon Oleaga

De empresario de éxito a nómada digital

Jon Oleaga el

Conocí a Fermín Álvarez hace unos cuantos años, mientras trabajaba en un proyecto para la desaparecida Punto Radio, y contratamos a la agencia Social Noise para dinamizar la radio online. Fermín, era por aquel entonces, el reciente, socio fundador de la exitosa agencia de marketing digital.

Fermín, hace dos años y medio, decidió, dejarlo todo atrás e irse a una paradisíaca isla en Filipinas, Camiguin, de tan sólo 80.000 habitantes. Algo que seguramente, todos hemos pensado alguna vez, pero el miedo, los prejuicios y la inseguridad, nos lo han impedido. No es fácil abandonar la seguridad de un trabajo, familia y amigos, para ir a un país desconocido, con otra cultura y otro idioma, y empezar desde cero.

Camiguin es la isla con más volcanes por metro cuadrado del mundo, la última erupción, fue en 1951. Justo en la ladera de uno de ellos, Hibok Hibok, es donde Fermín ha construido su casa.

Después de dos años y medio, en la isla, Fermín se ha trasladado a Manila, donde ha puesto en marcha otro proyecto, una agencia de viajes, para clientes muy exclusivos, enfocado en el mercado español. De momento, han hecho cuatro viajes, a sitios súper paradisiacos, integrándose con los habitantes locales, con los que, por ejemplo, pescan con sus manos. También duermen en una isla desierta o en el crater de un volcán, en tienda de campaña.

Además está ayudando a una empresa española, en un plan para dotar al país de energía renovable mediante paneles solares.

— ¿Qué te llevó a emprender la aventura?

Estaba un poco desilusionado con el mundo del marketing, y sentí que era un buen momento para cambiar. Aunque, se podría decir, que había tenido éxito profesional, con una vida acomodada. Vivía en un buen piso en la plaza Santa Ana, en Madrid, y conducía mi coche descapotable, pero, decidí que era el punto justo, para probar algo completamente diferente.

— ¿Cómo fue el primer impacto?

Al principio fue un poco “shock”. Me metí a vivir en una zona muy humilde, con una familia súper humilde. De vivir en el centro de Madrid, pasé a una habitación con humedades, cucarachas, sin cocina y en lugar de baño, un agujero en el suelo. Pero también me ayudó a entender a este país, y he conectado mucho con la cultura filipina.

— ¿Qué hiciste durante los dos primeros años?

El primer año, sobre todo, enseñar a los niños a tocar el piano. Siempre me ha gustado mucho la música.

El segundo año empecé con proyectos más grandes. Como por ejemplo, la Fundación Akilaha, que significa emprender en el idioma de la isla. Uno de los proyectos fue poner en marcha un observatorio astronómico en la cima del volcán Hibok Hibok. A los habitantes de la isla les encanta, sobretodo a los niños. Este país está azotado por tifones, y la necesidad de concienciación es imperante. Esta idea es un proyecto precioso, siempre había sentido interés por la astronomía. Además, trae riqueza la zona, dando trabajo a la comunidad. De lunes a domingo, hay un telescopio, un snack bar, los viernes, sábados y domingos, se proyectan los mapas de las estrellas, con un iPad.

La Universidad Barcelona, envió un astrónomo que estuvo capacitando a los cinco profesores de ciencias de la provincia.

— ¿Y qué ocurrió con el idioma?

En Camiguin se habla uno de los 170 dialectos de Filipinas. Yo lo chapurreaba un poco. En Manila, se habla Tagalo, pero en la capital no es tan necesario, con el inglés puedes vivir perfectamente.

— ¿Qué hay de la herencia española en Filipinas?

La gente mayor, todavía habla español, y es muy bonito, porque es una especie de castellano antiguo, como el español de sudamérica. Por ejemplo, trancazo, es gripe en Tagalo, son los vestigios del idioma español. Es bonito.

Me entristece el desconocimiento que tienen los españoles sobre Filipinas. La gente no sabe ni situarlo en el mapa. En cambio, los filipinos respetan mucho al español, por lo menos, es mejor que ser alemán. Es un país con unas grandes posiblidades culturares y de negocio, pero se ha perdido el contacto con las antiguas colonias. Seguramente, por la distancia y el lenguaje. Pero, el no tener en cuenta Filipinas como un hub en el sudeste asiático, es un error.

— ¿Qué le dirías a una persona que quiere hacer lo mismo que tú?

Esto no es cuestión de tener dinero en el banco, ni estudios, es una cuestión de ganas. Es muy difícil que una experiencia de este tipo, te salga mal. Que te sueltes en el mundo, tú sólo y te termines adaptando a una cultura diferente, es mejor que un MBA. Y no estoy hablando de ir a Londres, sino a China, o a Fiji.

Lo peor a lo que me he enfrentado es a estar solo. Hay momentos duros, momentos tristes, pero merece la pena. Hablo por un montón de casos de expatriados que conozco.

Los españoles somos gente súper preparada, aunque tenemos un poco de complejo de inferioridad, porque parece que somos menos, por los indicices europeos. Pero cuando sales fuera, te das cuenta, de que puedes competir con personas de cualquier otro país. Hay que salir y no tenerle miedo al asunto.

En España se vive muy bien, pese a problemas, como la corrupción, o estar a la cola de la productividad en Europa. La calidad de vida es muy buena. Hay que tomarse estas experiencias como un paso en el camino, vivir fuera, te hace una persona más completa, con un perfil profesional más completo.

Hay mucha gente muy quemada en España, que está en un bucle y no sale. No se trata de abandonar tu vida, sino de oxigenarla.

This is Camiguin from Camiguin Unseen on Vimeo.

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