La saga de Dawn of War, el juego de estrategia basado en War Hammer 40000 tiene una nueva versión, la tercera. Este juego de estrategia ha mantenido su esencia durante más de una década, alejándose de los RTS de estrategia más tradicionales añadiendo algunos toques de rol, como el equipamiento o la experiencia de las unidades de élite.
Dawn of War 3 ha sufrido grandes cambios, puede que no sean ni para bien ni para mal, pero está claro que estamos ante un juego muy distinto a lo que los fans de las saga estaban habituados. No hay más que ver los comentarios Steam de los jugadores, que no son, precisamente, alagadores. Hay muchos seguidores de Dawn of War que están muy disgustados, ya que las expectativas de ver una mezcla entre Dawn of War I y Dawn of War II, en realidad a dado lugar a un MOBA (Multiplayer Online Battle Arena), como el conocido DOTA 2.
Vamos a hablar de la campaña individual. Aquí es probablemente donde más ha perdido Dawn of War 3, ya que es completamente lineal, sin tener la posibilidad de elegir el transcurso de la historia, que además es bastante monótona, y no “engancha”. Las misiones son lentas, y parece más un entrenamiento para aprender a utilizar el juego, es decir, una especie de tutorial algo más largo de lo habitual.
Así como en Dawn of War 2 podíamos equipar a nuestras unidades, ahora esta opción ha desaparecido, y las unidades sólo suben de nivel por la experiencia. El número de edificios que se pueden construir también se ha visto mermado, además no hay posibilidad de construir defensas. Otro de los puntos estratégicos básicos de Dawn of War era la cobertura, los accidentes del terreno que se podían usar para ganar protección eran clave para ganar la batalla, ahora también es un elemento que ha desaparecido.
El modo multijugador, el punto fuerte de Dawn of War 3, está claramente enfocado en partidas rápidas, inspiradas en juegos como DOTA, y seguramente pensando en que pueda llegar a ser un e-sport, minimizando el componente estratégico con mapas muy pequeños y menos posibilidades, enfocándose sobre todo en las unidades de élite que bastan, sólo, para ganar la partida. La personalización del ejército sólo se puede hacer con tres unidades de élite, y seis doctrinas. Las unidades de élite se desbloquean jugando, cada una cuesta 200 calaveras que se obtienen con cada juego, y lo mismo ocurre con las doctrinas.
Dawn of War 3 no es un mal juego, pero llamarlo RTS, o juego de estrategia, probablemente sea poco acertado. Si lo adquieres por eso, probablemente sea una mala idea. Estamos ante un juego que ha sufrido una gran simplificación, para adaptarse más a los MOBA actuales, donde prima más la habilidad que la estrategia. Dawn of War 3 se parece más a DOTA que a sus predecesores. Si somos conscientes de ello, no habrá expectativas incumplidas y el juego no decepcionará.
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