Las organizaciones sanitarias se están enfrentando al mayor reto de su historia. Esta pandemia mundial, tan particular como general, tan desconocida como ‘reconocible’, tiene múltiples caras, parámetros y variables por lo que es difícil de abordar de una manera contundente. Lo estamos viendo en la diferencia de cifras a la hora de contar contagiados o fallecidos, no solo en nuestro país, sino en todo el mundo. Pero también debemos apreciar cómo gracias a las nuevas tecnologías, las reacciones, los procesos y los mecanismos oficiales y extraoficiales están respondiendo de una manera que difícilmente habría sido posible hace una década.
Efectivamente, tienen que usar los datos, y para ello necesitan de herramientas digitales de análisis y visualización que, aunque llevan ya tiempo conviviendo con nosotros, ahora se han convertido en algo crítico. Una de las compañías que está facilitando estos procesos a organismos de distintos lugares del mundo es precisamente Information Builders, con su Centro de Recursos COVID-19 pensado para ayudar a las organizaciones sanitarias en su esfuerzo internacional para luchar contra el coronavirus. Se trata de un conjunto de recursos a disposición de las entidades sanitarias para ayudarlas a entender y manejar, mejor, todos esos datos que nos rodean y muchas veces nos sobrepasan.
Proteger a los vulnerables, también a través de los datos
Y no, no es algo etéreo y reservado solo a los grandes gurús de la ingeniería informática. Disponer de información contrastada, de manera ordenada, rigurosa, veraz, ¡y en tiempo real!, nos ayuda a todos. Por ejemplo, desde el principio de la crisis hemos visto cómo algunos sectores de la sociedad o algunas regiones han sido más golpeadas que otras por el virus pero, ¿cómo confirmarlo y usarlo para evitar que vuelva a suceder? De nuevo, con datos. Tener la capacidad de cruzar detalles individuales como la edad, el historial clínico o la movilidad de unas y otras personas es lo que nos ofrece una foto, en este caso en movimiento, de la difusión de la enfermedad y su gravedad para poder predecir cuáles serán sus siguientes pasos y, así, proteger a quienes puedan ser más vulnerables.
La protección de la salud hoy día ya no es responsabilidad solo de los médicos (por supuesto sin quitarles ni un ápice de su mérito), sino que los expertos tecnológicos han entrado en este terreno para quedarse. La sanidad del siglo XXI y de los venideros se está haciendo (o es ya) digital: desde los registros electrónicos de salud a la fidelización del paciente, la interoperabilidad o la coordinación sanitaria. El progreso también es esto, utilicemos las herramientas que nos da.
Otros temas Jon Oleagael