Hace un mes, debido la entrada de Uber en España, todos los medios nos hicimos eco de un nuevo término, el del “consumo colaborativo”. Gracias a esta nueva manera de consumir, que se ha generalizado gracias a internet, los recursos personales se pueden volver más eficientes. Por ejemplo, si tenemos una habitación en la casa que no usamos, la podemos alquilar en airbnb, o si queremos compartir las plazas libres de nuestro coche al hacer un viaje podemos usar BlaBlaCar.
Al final el objetivo es permitir que otros utilicen la capacidad ociosa de nuestras pertenencias, y, viceversa, poder usar nosotros las de otros.
Entre San Francisco y Berkeley existe una iniciativa espontánea surgida desde internet para compartir coche, llamada “carpool”. El sistema es muy sencillo, la gente hace cola en un determinado lugar de Berkeley, los coches se paran y los recogen para dejarlos en el centro de San Francisco. Es un sistema en el que todo el mundo sale beneficiado, por un lado los que hacen carpooling consiguen transporte rápido y gratis. Los conductores al tener más de 3 personas en el coche pueden usar el carril de carpool o VAO en España, que supone más de media hora de ahorro de tiempo en la hora punta. El estado de California consigue descongestionar un poco la carretera que une San Francisco con Berkeley, “metiendo” cuatro personas en un coche, en vez de una por cada coche.
Una iniciativa así no sé si funcionaría en España, al fin y al cabo, te tienes que meter con un desconocido en un coche. Pero estaría muy bien entre las ciudades “dormitorio” y las grandes urbes, donde el atasco matutino está garantizado. Para ello tenemos varias iniciativas en nuestro país, como carpooling.es, busvao.com o compartir.org, que ayudan a encontrar gente para compartir un trayecto urbano cualquiera. Todos pensados para descongestiona el tráfico y abaratar los gastos de desplazamiento diarios.
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