Facebook pagó hace cuatro meses 2.000 millones de dólares por Oculus Rift, la empresa que fabrica las conocidas gafas de realidad virtual, sin ni siquiera tener ninguna unidad en el mercado, que no fuesen las de prueba para los desarrolladores. Estamos ante un “hype”, o realmente un producto revolucionario que va a cambiar el consumo multimedia y de los videojuegos.
Tube la oportunidad de probar una versión adaptada de Second Life usando la primera versión de Oculus Rift. Hay que tener en cuenta que es una versión temprana para desarrolladores, no es una versión comercial, es casi un prototipo, por lo que tiene muchísimas limitaciones técnicas.
El aspecto que hay que aplaudir de Oculus Rift es la óptica, aunque sea lo último que esperas escuchar de un producto tan tecnológico, lo que realmente está muy bien conseguido es el efecto estereoscópico. Al ponerte las gafas, los bordes de las dos pantallas son imperceptibles, por lo que la sensación es completamente envolvente.
Ahora empezamos con el mayor punto negativo, los controles. Os puedo asegurar que es realmente difícil, no sólo usar, sino ya encontrar el teclado y el ratón cuando tienes las Oculus Rift puestas, porque no los puedes ver. Es un problema no resuelto para los entornos virtuales, si no puedo ver mis manos, cómo presiono los botones necesarios para interactuar con este entorno. Ya hay quien está usando sistemas como Leap Motion para poder “representar” unas manos virtuales en el entorno virtual, pero, de momento, no hay ninguna solución realmente práctica.
Durante la prueba del juego “Second Life”, la sensación que tuve fue realmente inmersiva. Mirar a tu alrededor, acercarte a los objetos del mundo virtual, incluso “volar” sobre los edificios, es una gran experiencia. Pero, el movimiento, marea, a los pocos segundos tienes la sensación de estar montado en una montaña rusa. Parece ser, que es debido a la baja latencia y resolución que tienen las gafas. Crean una sensación de velocidad por el tiempo que tarda en refrescar los contornos de los objetos. Yo por lo menos a los 2 minutos me las tuve que quitar porque no aguantaba con ellas puestas.
Sí, las Oculus Rift pueden ser una tecnología revolucionaria, pero es un dispositivo que está muy lejos de tener una aplicación práctica, y mucho menos de llegar a comercializarse. Por esa razón resulta una adquisición extraña para Facebook, sobre todo, porque no tiene nada que ver con su negocio actual en las redes sociales. La sensación que me quedó después de usarlas es más que nada de que se trata de una gran burbuja. Te preguntas, si es necesaria tanta expectación, para esto.
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