Por donde crece el desconcierto también crece la esperanza. La crisis sanitaria y económica ha levantado un tsunami de solidaridad en todo el planeta, desde octogenarias cosiendo mascarillas en su ‘Singer’ de toda la vida a donativos millonarios de los principales empresarios a nivel global. Cada uno colabora con lo que tiene, y las pequeñas empresas españolas tienen mucho que aportar: ideas, innovación, manos, ganas…
La situación que ha provocado (está provocando y provocará) la pandemia nos ha cogido a todos por sorpresa: a los gobiernos de todo el mundo, que confinan, reorganizan, incentivan o recortan; a los ciudadanos, que pierden o multiplican su trabajo, según a qué se dediquen, y que deben quedarse en casa o continuar como si nada, protegidos con débiles armaduras de papel y goma; y por supuesto, a las empresas, grandes y pequeñas, que hacen lo que pueden por sobrevivir y por ayudar.
Hay muchos, especialmente entre estos últimos, que parecen tener las manos atadas para avanzar en sus negocios, sin recursos, sin poder vender sus productos o servicios por la suspensión de todos los canales de comercio no esenciales, sin dinero y hasta sin personal en muchos casos. Pero eso no les ha frenado para poner a disposición de los hospitales, de los ciudadanos, de la sociedad, toda la ayuda que pueden aportar.
Y es precisamente entre las startups y pymes donde vemos algunos de los ejemplos más valiosos. Porque son cientos los ejemplos de empresarios que, solos o asociados con otros colegas, están probando que sí se puede, entre todos. #StopCorona, promovida por el fondo de inversión Samaipata, es una de las plataformas surgidas para ayudar en la que se unen emprendedores, inversores, startups y expertos, en este caso tecnológicos, para pensar juntos y buscar soluciones a los distintos retos a los que se enfrenta el sistema sanitario y la sociedad. Ya están trabajando en distintas aplicaciones y soluciones de visualización para mapear el virus y sus movimientos o su forma de expandirse, por ejemplo.
Otra, en esta ocasión de parte de restauradores y proveedores de alimentos, es #Food4Heroes. La mayoría de los negocios de este sector están cerrados, pero ellos no han querido parar y, de manera desinteresada, ofrecen sus productos, cocinados o no, a los sanitarios que luchan cada día contra la pandemia. Sándwiches, bebidas, menús completos o barritas energéticas, como las que aporta la pequeña empresa de alimentos saludables Natural Athlete
Decir, y también ‘hacer’, es lo que se ha propuesto Coronavirus Makers: voluntarios que diseñan, desarrollan e imprimen en 3D sistemas de protección para personal sanitario. Son sobre todo particulares, pero también hay empresas que suman para que todo ese trabajo llegue a sus destinos. Ahí entran decenas de transportistas, que no están confinados y que mantienen la mayor parte de sus rutas para asegurar los suministros esenciales y por tanto pueden moverse por las ciudades y llevar toda esa solidaridad en sus vehículos. Ontruck, plataforma online de transporte de mercancías por carretera, es una de las empresas que, a través de su red de transportistas, se encarga de recoger estos materiales y entregarlos de forma desinteresada en los hospitales de Cataluña en los que los necesitan.
Y es que cuando se pide ayuda, incluso las personas desde casa responden. Lo sabe muy bien AUARA, una empresa social que normalmente vende agua mineral y dedica todos sus dividendos a proyectos para proveer de agua potable a países en vías de desarrollo, y que ahora, viendo la necesidad justo al lado, no ha dudado en donar toda su producción de agua embotellada a hospitales, residencias y centros sociosanitarios desbordados por los efectos del coronavirus.
En total han donado cerca de 1 millón de botellas por toda España, y esto ha sido posible gracias a la campaña de crowdfunding que lanzaron, pidiendo apoyo económico porque ellos solos no podían, y a la que respondieron cerca de 3.000 personas particulares, y también 25 empresas. En total han recaudado más de 167.000 euros que les han permitido responder a todas las demandas de agua embotellada que han recibido, de hasta 250.000 botellas por semana, aliviando la necesidad de miles de personas entre pacientes y personal sanitario.
Si bien estos colectivos son los que más están sufriendo los efectos de la pandemia, también las familias con niños pequeños han sido objeto de ayudas múltiples, sobre todo con el fin de contribuir a mejorar una rutina sin colegio, con padres y profesores desbordados y niños que necesitan seguir adelante con su aprendizaje.
Lingokids es una startup que se puso en marcha inmediatamente para tratar de aportar valor en esta situación, poniendo sus contenidos en inglés para niños de 2 a 8 años a disposición de colegios, ONG y empresas, de forma gratuita, con el fin de llegar al mayor número de familias posible. En estos días han firmado alianzas con grandes compañías como RTVE (sus contenidos están integrados en la plataforma Educlan, creada específicamente para apoyar a los niños durante el confinamiento), MásMóvil, Huawei o Cuétara.
En definitiva, los españoles sabemos bien cómo arrimar el hombro cuando hace falta, y durante esta crisis estamos demostrando de lo que somos capaces. No importa el tamaño, ni el impacto que podamos de conseguir: lo importante es hacer aquello que está en nuestra mano para tratar de mejorar las cosas. Y con colaboración, solidaridad y mucho esfuerzo, lograremos sacar adelante una vez más a este gran país.
Otros temas Jon Oleagael