Soy un recién “convertido” a Android, he pasado de un iPhone 4 con iOS, a un Moto G. Del dispositivo no tengo quejas, en su momento, hice una review en abc.es, y sigo sosteniendo que la relación precio – características del Motorola son inmejorables.
La versión del sistema operativo, Android “Kit Kat”, también me resulta un sistema operativo muy intuitivo, así como la plataforma de Google Play Store para descargar y actualizar aplicaciones.
Los problemas vienen con las aplicaciones. Busco dos de mis juegos favoritos para iOS en Android, las fantásticas adaptaciones de Star Wars: Knights of the Old Republic y XCOM: Enemy Unknown, y nada, no están disponibles, son juegos exclusivos para iOS. Y aunque es un poco frustrante, es admisible, al fin y al cabo, es normal que cada plataforma tenga sus juegos en exclusiva, tal y como ocurre con las videoconsolas.
Pero, otra cosa es cómo tratan las empresas de desarrollo de aplicaciones a los usuarios de Android, poniéndolas siempre en un segundo lugar. Por ejemplo, uno de los grandes lanzamientos del año pasado fue el Grand Theft Auto San Andreas, primero salió la versión para iOS y el día del lanzamiento anunciaron que la versión de Android llegaría en unas pocas semanas sin dar una fecha exacta. Me pasé las siguientes semanas leyendo reviews del juego en iOS, escuchando rumores de fechas de lanzamiento para Android y esperando “ a ciegas” a la versión para mi sistema de operativo.
Lo mismo ocurre con la aplicación del reloj inteligente Pebble, que cambió a la versión 2.0 en iOS hace ya 15 días, y los usuarios de Android sólo sabemos que tendremos la nueva versión que cambia por completo el software del reloj “próximamente”.
La aplicación de Shine, el medidor de actividad con aspecto de moneda, es un caso ya ridículo, la aplicación para iOS, tiene de todo, conexión con amigos y redes sociales, imágenes, poder seleccionar el tipo de ejercicio y un largo etcétera, es decir, todo lo que cabría esperar de una aplicación de este tipo. En cambio, la aplicación de Android, parece una versión beta con cuatro líneas donde no funciona ni el registro con redes sociales.
Está claro que todas las empresas hacen sus números y deciden dónde les resulta más rentable lanzar primero sus aplicaciones, pero la imagen que están creando entre los usuarios de Android como yo, es pésima.