La semana pasada RockStar, la creadora de juegos tan conocidos como Grand Theft Auto, dejó sin acceso a alguno de juegos durante varias semanas a los usuarios de la plataforma Steam. Si, por ejemplo, habías comprado Max Payne 3 en esa plataforma, un juego que cuesta a día de hoy 29,99€, y después de esperar a que se descarguen los nada desdeñables 30 GB que ocupa el juego, no podías jugar, lo que frustra considerablemente a cualquier jugador.
El problema, básicamente, es que no conectaba la cuenta del Club Social de RockStar, con la cuenta de Steam, lo que hacía que el juego no arrancase de ninguna manera. Es comprensible que cosas así ocurran, ya que Rockstar está ahora en uno de los lanzamientos más importantes de su historia, GTA V y sobre todo GTA Online suponen grandes cambios en todo su sistema, sobre todo en el Club Social Lo que no es excusable, es que después de más de 500 mensajes con quejas en los foros de Steam nadie en Rockstar responda y dé una explicación o hagan una comunicación pública, e informe a unos consumidores que han pagado por un producto que no les funciona. Además, algunos de los usuarios escribieron mails al soporte de Rockstar y no obtuvieron respuesta alguna.
Después de un par de semanas, el tema está solucionado, pero el enfado y la mala sensación que han causado en muchos de sus clientes, difícilmente se va a borrar. Muchas de esas personas seguramente estaban dispuestas a comprar el siguiente juego de Rockstar y probablemente ya no lo hagan.
Una crisis de reputación y de producto muy mal gestionada.
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