Ángel González Abad el 18 may, 2013 Dice el refrán que el toro y el melón como salen son. Y Talavante, que en su encerrona con los victorinos, en el que decían era el cartel más esperado del año, en lo que iba a ser el día que marcase la temporada, salió pepe. El día salió al revés, para empezar con una corrida de Victorino Martín con un punto o dos por debajo de lo que siempre trajó el de Galapagar a Madrid. Que los toros anduvieran ayunos de casta es otra cosa, como el propio Talavante, ayuno también de una actitud que le permitiera remontar una tarde que le pesó como una losa desde el principio. La brillante serie de naturales que le sopló al tercero no salva del naufragio una jornada en la que transmitió una sensación de indolencia y decaimiento, como si le fuera imposible salir triunfante. Por que de la corrida de Victorino se pueden criticar algunos toros terciados o muy terciados, o esa bravura al límite, pero con todo hubo al menos tres que metieron la cabeza y con los que Talvante debió mostrarse de otra manera. Que sí, que los toros y el melón como salen son; que corrida de expectación, corrida de decepción, pero… lo que dieron en llamar el acontecimiento del año, debió tener al menos un planteamiento de tal. Toros Tags MadridSan IsidroTalavantetoros Comentarios Ángel González Abad el 18 may, 2013