Ángel González Abad el 15 ene, 2014 Esta semana ha vuelto a saltar el rumor de que La Monumental acabará convertida en una mezquita, en una de las mezquitas más grandes del mundo. Aquí, sean o no ciertas las maniobras subterráneas que puedan llevarse en el Ayuntamiento y al margen de si la magna familia Balañá ande en esas negociaciones o no; que Barcelona pueda tener una gran mezquita no merece la sorpresa ni política ni institucional. Habría que preguntarse si el rumor hubiera sido que La Monumental anunciara un gran acontecimiento taurino burlando leyes del mismo modo que las burla el gobierno de la Generalitat cuando no son de su agrado. Imagínense. Carteles por la ciudad anunciando una gran corrida de toros para reivindicar la Fiesta en Cataluña. ¿Cuánto se tardaría en torpedear, en aludir al imperialismo español, al derecho a decidir? Se habla de una mezquita para dar salida a La Monumental y la paz sea con vosotros. Debe ser el multiculturalismo instalado desde aquel experimento del Fórum de las Culturas, como si la reconversión del recinto taurino no conllevara un gran movimiento urbanístico por encima de tierra y por debajo de mesas, como si los Balañá no fueran a recibir por ello el gran maná. Uno tiene la sensación de que el rumor de la mezquita torera parece como un globo sonda para tentar el ambiente. Y como aparentemente no hay rechazo, adelante con los faroles. El rumor volverá pronto, ya lo verán, antes incluso que el Tribunal Constitucional falle sobre el recurso a la prohibición de las corridas de toros. La guerra sigue abierta y si se encuentra un uso para la plaza que satisfaga económicamente a los Balañá ya pueden venir sentencias, ya pueden volver los toros a ser legales en Cataluña, que aquí no torea ni el mismísimo Bombita resucitado, torero que precisamente duerme su sueño eterno en el cementerio de Santa Coloma de Cervelló. Al tiempo. Toros Tags BalañáBarcelonaLa MonumentalMezquitatoros Comentarios Ángel González Abad el 15 ene, 2014