Carmen de Carlos el 09 mar, 2009 Extraña la naturaleza del rencor del matrimonio Kirchner. Puede más el despecho y posiblemente hasta el odio, que el sentido del pragmatismo que suele acompañar a los políticos. El resentimiento y las ansias de venganza contra el actual vicepresidente, Julio Cobos, ha empujado a la pareja presidencial, directamente, al abismo del fracaso en las urnas. La derrota del oficialismo ayer en Catamarca, en las primeras elecciones del año, ha vuelto a poner en evidencia que la pasión es mala compañera y las mezquindades se pagan en alto precio. El matrimonio presidencial no se cansa de marginar a Cobos, le trata como un ordenanza, le suprime aviones oficiales y se empeña en ofenderle en un largo etcétera de ejemplos que rayan lo ridículo. Pero con ello, lo único que han conseguido es relanzar la popularidad del radical, a la cabeza en la lista de preferencias de los argentinos, junto a Carlos Reutemann. El gran ganador de la contienda de ayer fue el actual gobernador de aquella humilde provincia, Eduardo Brizuela del Moral, pero también su socio y aspirante a la Presidencia en el 2011: Julio Cobos. Este debería darle las gracias a Cristina y a Néstor Kirchner, a fin de cuentas, son sus mejores jefes de campaña. Política Tags brizuelacatamarcacobosmoral Comentarios Carmen de Carlos el 09 mar, 2009