Sesenta años después volvió de la tumba. Eva Perón, su muerte, cumple hoy 60 años. Otra vez ríos de tinta en la prensa de dentro y fuera de Argentina. De nuevo el mito y las frases, muchas absurdas, que quieren hacer historia. Repetimos el “paso a la inmortalidad” de la “abanderada de los humildes”. Rescatamos del baúl de los recuerdos la memoria, la rosa y la negra, de una mujer frontal y transparente. También despótica, valiente, iletrada y poderosa. La Argentina del siglo XXI construye y resucita mitos. Lo hace con la historia verdadera y falsa de Néstor Kirchner. Lo repite con la de Eva, ayer puta barata para la oligarquía y hoy santa entre las santas para los que mandan. Mañana será otra la “jefa espiritual” o “el prócer” que se recuerde como el salvador. Cristina, la presidente que Eva no llegó a ser, trabaja para que el mito llegué al cielo y más alla. Con la impresión de billetes de 100 pesos la muerta, como sucedió con su cadáver, pasará de mano en mano y, como el valor de la moneda, subirá y bajará tan rápido como los mitos. Así, hasta que la historia vuelva a empezar.
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