Un centenar de personas bloqueó esta noche, hasta el mediodía de hoy, las rotativas del diario argentino Clarín impidiendo su distribución. El piquete se hizo extensivo durante unas horas al periódico La Nación que sí pudo repartirse al retirarse de madrugada el bloqueo. Ambas empresas reclamaron, sin éxito, la intervención de la Policía durante horas.El suceso, sin precedente desde la recuperación de la democracia en 1983, no ha merecido un solo comunicado del Gobierno peronista que preside Cristina Fernández de Kirchner. Es la quinta vez que Clarín, enfrentado abiertamente a esta Administración, sufre el acoso de manifestantes afines al Ejecutivo pero la primera que logran evitar su difusión en papel.
Entre el grupo de piqueteros, según denuncia Clarín, destacaban miembros del sindicato de camioneros que lidera la familia de Hugo Moyano, también peronista, jefe de la poderosa Confederación General del Trabajo (CGT), titular del Partido Justicialista (PJ) en la provincia de Buenos Aires y aliado del matrimonio Kirchner. El bloqueo se produjo después de que Moyano, con una fortuna tan meteórica como la de los Kirchner, amenazara a los medios de comunicación con cerrarlos si publicaban alguna noticia sobre una causa internacional que le tiene en la mira por corrupción y lavado de dinero. Como era de esperar, los periódicos mencionados hicieron caso omiso a las bravuconadas del millonario sindicalista.
Moyano que no oculta sus ambiciones de hacerse con el poder de la Casa Rosada, amenazo también la semana pasada con paralizar Argentina, tras enterarse de que era investigado por la Justicia suiza. Lo frenó la intervención contra reloj de ministros enviados por Cristina Kirchner. El sindicalista, versión peronista de Frankenstein, ha ganado terreno, posiciones y patrimonio durante el doble Gobierno Kirchner.
Moyano, conocido en España por protagonizar un boicot a empresas españolas a principios del 2000, no es una creación del difunto Néstor Kirchner. Tampoco de su mujer pero los dos, en el mejor de los casos, le dejaron el campo libre para que actúe como si el país fuera suyo. En el peor, se lo abonaron para que hiciera lo que hace.
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