La riqueza de Mujica y kirchner

El presidente de Uruguay, José Mujica, no tiene tarjetas de crédito ni cuenta corriente. El Pepe, como se le conoce en Uruguay, dedica el 70 por ciento del sueldo al partido. Mujica carece de patrimonio aunque es dueño de un WV-Escarabajo del año 87. Su hoy famosa chacra, un parcela modesta, está a nombre de su mujer, Lucía Topolansky. El año pasado, en una entrevista con ella, no tenía dudas de que lo correcto para la pareja era vivir con lo necesario y dedicar el resto a causas sociales. Para tratar de explicar ese desapego a los bienes materiales recordó sus años de calabozo y los de su marido. Ambos fueron guerrilleros convencidos pero hoy sería imposible encontrarles con un arma en la mano o un discurso violento en los labios. Su altruismos es insólito y su espíritu democrático, como el de los uruguayos, sincero. No reniegan de su turbulento pasado pero, repiten, el mundo es otro. En la orilla de enfrente del Río de la Plata hay otro país. Entre ellos podría haber parecidos razonables pero no los hay. Aquí el matrimonio Kirchner, sus secretarios, chóferes, familiares y funcionarios de su máxima confianza se enriquecen como por arte de magia. Tienen muchas cuentas corrientes, tarjetas de crédito, casas, coches, algunos parece que hasta aviones y un patrimonio, por abultado, difícil de calcular.