Bieito Rubido el
A Puigdemont se le arrugaron el alma y el coraje el día que decidió huir de la legalidad y guarecerse como protagonista del esperpento de Waterloo. Aquel día, derrotado y sin valor suficiente para defender sus presuntos principios, optó por quedarse en un rincón de la historia de Cataluña, el mismo que ocupa Artur Mas. El futuro los juzgará con…Otros temas